Continente Europeo: Historia, características y geografía
Europa es uno de los seis continentes que conforman la superficie emergida de la Tierra, según la convención comúnmente aceptada, aunque en realidad es solo la porción más occidental de la masa continental euroasiática, compuesta principalmente por Asia. Desde la perspectiva de los geógrafos modernos, los montes Urales, el río Ural, una parte del mar Caspio y las montañas del Cáucaso se consideran la principal frontera entre Europa y Asia. El término “Europa” posiblemente proviene del nombre de la hija de Agenor en la mitología griega, o tal vez de “Ereb”, una palabra fenicia que significa “ocaso”.
Europa, el segundo continente más pequeño en términos de superficie, abarca aproximadamente 10.359.358 kilómetros cuadrados y se sitúa en cuarta posición en cuanto a población, con alrededor de 730.000.000 de habitantes (según estimaciones de mediados del año 2002). El punto más al norte de Europa es el cabo Nordkinn en Noruega, mientras que el punto más al sur es la punta de Tarifa en el sur de España. Se extiende de oeste a este desde el cabo da Roca en Portugal hasta la vertiente nororiental de los Urales en Rusia.
Índice de contenidos
Introducción
Durante mucho tiempo, Europa ha sido una región que ha sido testigo de notables logros culturales y económicos. Desde las antiguas civilizaciones griegas y romanas, conocidas por sus importantes contribuciones a la filosofía, literatura, arte y sistemas de gobierno, hasta el renacimiento que floreció en el siglo XIV con sus destacados artistas y arquitectos europeos. La era de los descubrimientos en el siglo XV vio a los navegantes europeos aventurarse a los rincones más lejanos del mundo conocido en ese entonces.
Posteriormente, naciones europeas como España, Portugal, Francia y Gran Bretaña establecieron vastos imperios coloniales en África, América y Asia. En el siglo XVIII, se inició el desarrollo de formas modernas de organización y producción industrial en Europa. Sin embargo, el siglo XX también trajo consigo las devastadoras guerras mundiales que dejaron gran parte de Europa en ruinas.
Después del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, Europa quedó dividida en dos bloques políticos y económicos prominentes: los países de Europa Oriental, que estaban bajo el dominio de la Unión Soviética, y los países de Europa Occidental, que estaban influenciados por los Estados Unidos. Sin embargo, entre 1989 y 1991, el bloque del Este experimentó una desintegración, con los líderes comunistas abandonando el poder y dando paso a regímenes democráticos en la mayoría de los países de Europa Oriental.
Esto llevó a la reunificación de la República Federal de Alemania y la República Democrática Alemana. El Partido Comunista de la Unión Soviética se disolvió, los lazos militares y económicos entre Europa Oriental y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se redujeron o eliminaron, y la URSS misma dejó de existir.
Europa es una masa continental caracterizada por su fragmentación, con varias penínsulas destacadas como la Escandinava, la Ibérica, la Italiana, Jutlandia y Bretaña, así como numerosas islas cercanas a la costa como Islandia, las islas Británicas, las islas Baleares, Cerdeña, Sicilia y Creta. Su línea costera se extiende desde el océano Glacial Ártico, el mar del Norte y el mar Báltico al norte, hasta el mar Caspio al sureste, el mar Negro y el mar Mediterráneo al sur, y el océano Atlántico al oeste. El punto más alto de Europa es el monte Elbrús (5.642 m) en el Cáucaso, en el suroeste de Rusia, mientras que el punto más bajo se encuentra a lo largo de la costa septentrional del mar Caspio, aproximadamente a 28 m por debajo del nivel del mar.
Regiones fisiográficas
Desde una perspectiva geológica, Europa se compone, de norte a sur, de una antigua masa de rocas cristalinas estables, seguida de un ancho cinturón de materiales sedimentarios relativamente planos, una zona de estructuras geológicas mixtas generadas por fallas, plegamientos y volcanes, y finalmente una región montañosa de formación más reciente en comparación con las anteriores. Esta compleja estructura geológica ha dado lugar a las numerosas regiones fisiográficas que conforman el variado paisaje europeo.
La segunda región geológica destacada de Europa es un cinturón de materiales sedimentarios que se extiende en forma de arco desde el suroeste de Francia hacia el norte y este, abarcando los Países Bajos, Alemania, Polonia y llegando hasta el interior de Rusia occidental. También incluye una parte del sureste de Inglaterra.
Aunque estas rocas sedimentarias han sido deformadas en algunos lugares para formar cuencas como las de Londres y París, en general están lo suficientemente niveladas para constituir la vasta llanura europea, cubierta por una capa de rocalla depositada durante las glaciaciones. Algunos de los mejores suelos de Europa se encuentran en esta llanura, especialmente a lo largo de su margen meridional, donde se ha acumulado loess, un material transportado por el viento. La llanura se ensancha hacia el este.
Al sur de la vasta llanura europea, se encuentra una franja de estructuras geológicas distintas que se extiende a lo largo de Europa y da lugar a los paisajes más complejos del continente, las montañas centroeuropeas. En esta región, las fuerzas de los plegamientos, como la cordillera del Jura; las fallas, como los Vosgos y la Selva Negra; los volcanes, como el macizo Central; y las elevaciones, como la meseta Central, han interactuado para crear una variedad de montañas, mesetas y valles.
La región fisiográfica predominante en Europa, ubicada más al sur, es también la más reciente en términos de formación. Hace aproximadamente 40 millones de años, durante el periodo terciario (véase Oligoceno), la placa afroárabe colisionó con la placa euroasiática, lo que provocó la orogenia alpina (véase Placas tectónicas). Las fuerzas de compresión generadas por esta colisión elevaron grandes cantidades de sedimentos mesozoicos y dieron lugar a cordilleras como los Pirineos, los Alpes, los Apeninos, los Cárpatos y el Cáucaso, que no solo son las montañas más altas de Europa, sino también las más escarpadas. Los frecuentes terremotos indican que los cambios orogénicos todavía están ocurriendo en la actualidad.
Hidrografía y Clima
La configuración peninsular del continente europeo ha influido en su estructura hidrográfica en forma radial, con la mayoría de los ríos fluyendo hacia afuera desde el centro del continente, a menudo desde cabeceras cercanas. El río más extenso de Europa, el Volga, fluye mayormente hacia el sur hasta el mar Caspio, mientras que el segundo río más largo, el Danubio, fluye de oeste a este antes de desembocar en el mar Negro. Entre los ríos destacados de Europa central y occidental se encuentran el Ródano y el Po, que desembocan en el mar Mediterráneo, y el Loira, el Sena, el Rin y el Elba, que desembocan en el océano Atlántico o en el mar del Norte.
El Oder y el Vístula fluyen hacia el norte hasta desembocar en el mar Báltico. La configuración hidrográfica radial permite la interconexión de ríos a través de canales. Merecen mención especial algunos ríos españoles por su longitud y caudal, como el Ebro, el Duero, el Tajo, el Guadiana y el Guadalquivir. Asimismo, se encuentran lagos en zonas montañosas, como en Suiza, Italia y Austria, así como en regiones llanas, como en Suecia, Polonia y Finlandia. El lago Ladoga, ubicado al noroeste de Rusia, es el lago de agua dulce más grande de Europa.
A pesar de que una gran parte de Europa se encuentra en latitudes del norte, los mares que rodean el continente, que son relativamente tibios, brindan a la mayor parte de Europa central y occidental un clima moderado con inviernos fríos y veranos suaves. Los vientos predominantes del oeste, que se calientan en parte al cruzar la corriente oceánica del Atlántico Norte (conocida como corriente del Golfo), traen precipitaciones a lo largo de casi todo el año. En la región mediterránea (como España, Italia y Grecia), los meses estivales suelen ser cálidos y secos, mientras que la mayoría de las precipitaciones se concentran en otoño y primavera.
Desde aproximadamente el centro de Polonia hacia el este, el efecto atenuante de los océanos disminuye, lo que resulta en un clima más frío y seco. Esta misma característica climática también se observa en las regiones del norte del continente. Las precipitaciones anuales oscilan entre los 510 y los 1.530 milímetros.
Flora y Fauna
FLORA: Aunque gran parte del continente, especialmente en su parte occidental, estuvo originalmente cubierta por bosques, la actividad humana y la deforestación han transformado su flora. Solo los bosques en las zonas montañosas del norte y centro de Rusia han logrado mantenerse relativamente intactos. Por otro lado, la mayor parte de Europa está cubierta por bosques plantados mediante repoblación forestal o por bosques que han vuelto a crecer en tierras previamente despejadas. La franja de vegetación más extensa de Europa, que atraviesa el continente desde el Atlántico hasta los Urales, consiste en un cinturón de bosques de hoja caduca y coníferas que incluye robles, arces, olmos, pinos y abetos.
El continente europeo cuenta con una diversidad de flora que ha sido transformada a lo largo del tiempo debido a la actividad humana y la deforestación. Sin embargo, aún se pueden encontrar bosques en algunas áreas, como en las zonas montañosas del norte y centro de Rusia, que han permanecido relativamente intactos. Además, muchas áreas en Europa están cubiertas por bosques plantados o repoblados en tierras que antes fueron deforestadas.
El cinturón de vegetación más extenso de Europa se encuentra en su mitad, desde el Atlántico hasta los Urales. Este cinturón está compuesto principalmente por árboles de hoja caduca y coníferas, como robles, arces, olmos, pinos y abetos. En las regiones árticas de Europa septentrional y en las partes altas de las montañas más elevadas, la vegetación de tundra prevalece, con líquenes, arbustos y flores salvajes como elementos característicos. En las zonas del interior de Europa septentrional, donde las temperaturas son más suaves, pero aún frías, se desarrollan bosques de coníferas como la picea y el pino, junto con abedules y álamos.
En las grandes llanuras de Europa, la vegetación predominante son las praderas, con hierbas relativamente altas, aunque en Ucrania se encuentra la estepa, una región llana y seca con hierbas cortas. En las zonas costeras del Mediterráneo, destacan los árboles y arbustos frutales como las aceitunas, cítricos, higos y uvas. En resumen, la flora de Europa ha experimentado cambios significativos debido a la influencia humana, pero todavía se pueden encontrar áreas con bosques nativos, así como diversos tipos de vegetación en diferentes regiones del continente.
FAUNA: En las regiones árticas del norte de Europa y en las zonas más altas de sus montañas, predomina la vegetación de tundra, compuesta principalmente por líquenes, arbustos y flores silvestres. Aunque las temperaturas en el interior de Europa septentrional son más suaves, pero aún frescas, proporcionan un entorno propicio para el crecimiento de bosques de coníferas como el abeto y el pino, así como de abedules y álamos. La mayor parte de la extensa llanura europea está cubierta de praderas, con hierbas relativamente altas, mientras que en Ucrania predomina la estepa, una región llana y seca con pastizales cortos. En las tierras que rodean el Mediterráneo, destacan los frutos de árboles y arbustos como olivos, cítricos, higueras y viñas.
En las cimas más elevadas de los Pirineos y los Alpes, se encuentran el rebeco y el íbex (íbice). En Europa, aún abundan animales de menor tamaño como la comadreja, el hurón, la liebre, el conejo, el erizo, el lemming, el zorro y la ardilla, así como numerosas aves autóctonas como el águila, el halcón, el pinzón, el ruiseñor, el búho, la paloma, el gorrión y el tordo. Se cree que las cigüeñas traen buena fortuna a las casas donde anidan, especialmente en los Países Bajos, y los cisnes embellecen los ríos y lagos europeos.
Los salmones de Escocia, Irlanda y el Rin son altamente valorados por los europeos, y en las aguas marinas costeras hay una gran variedad de peces, incluyendo especies de importancia comercial como el bacalao, la caballa, el arenque y el atún. En el Mar Negro y el Mar Caspio se encuentran los esturiones, de los cuales se extrae el caviar.