Dientes, biología, anatomía y desarrollo de la dentadura
Las Piezas Dentales, son estructuras resistentes, mineralizadas, unidas al maxilar superior e inferior de los vertebrados y algunos animales inferiores, cuya función principal es la trituración. En algunos animales los dientes tienen también otras funciones, como raspar, excavar o ser utilizados en el combate. A lo largo de la evolución se han desarrollado diversas formas de dientes, desde las simples filas escalonadas de dientes cónicos que poseen los tiburones hasta las estructuras más complejas comunes en los mamíferos.
En 1949, los investigadores evidenciaron que la aplicación directa sobre la superficie dental de una solución al 2% de fluoruro de sodio reduce en un 40% la prevalencia de caries. Los ensayos señalan que la adición de una parte de fluoruro por cada millón de partes de agua potable disminuye en un 65% la incidencia de caries. Aunque ha enfrentado resistencia por parte de algunos grupos, se ha comprobado que la fluoración es un método eficaz para frenar el desarrollo de caries en niños.
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DENTADURA HUMANA
En los seres humanos, aparte de su función en la masticación, los dientes desempeñan un papel importante en la articulación del lenguaje, sirviendo como punto de apoyo para que la lengua ejerza presión y produzca ciertos sonidos. Además, los dientes influyen en las dimensiones y expresión del rostro, ya que la pérdida de una pieza dental o cualquier irregularidad en su desarrollo o coloración puede afectar negativamente la apariencia facial.
La dentadura humana se compone de dientes, que son estructuras duras y calcificadas ubicadas en el maxilar superior e inferior de la boca. Los dientes cumplen varias funciones vitales, incluyendo la masticación de alimentos para facilitar la digestión, la articulación del lenguaje al actuar como punto de apoyo para la lengua y contribuir a la apariencia estética del rostro.
La dentadura humana está compuesta por diferentes tipos de dientes, incluyendo incisivos, caninos, premolares y molares, cada uno con una forma y función específicas. Los incisivos son los dientes frontales que se utilizan para cortar los alimentos, los caninos son los dientes puntiagudos que ayudan en el desgarramiento de los alimentos, los premolares se utilizan para triturar y los molares son los dientes más grandes en la parte posterior de la boca que también se utilizan para triturar los alimentos.
Es importante mantener una buena salud bucal y cuidar adecuadamente la dentadura humana mediante una higiene oral regular, como cepillado y uso de hilo dental, así como visitas periódicas al dentista. Los problemas dentales, como la caries dental, enfermedades de las encías o la pérdida de dientes, pueden tener un impacto significativo en la salud oral y general de una persona, así como en su calidad de vida.
Estructura de los dientes
Los dientes se componen de una porción externa conocida como corona y una raíz que está situada en el interior del maxilar. La corona está recubierta por una capa calcificada llamada esmalte, que es la sustancia más resistente del cuerpo humano. Debajo del esmalte se encuentra la dentina, un tejido óseo que se extiende desde la parte más interna del esmalte y penetra en el maxilar para formar la raíz del diente. El cemento, un tejido duro y delgado, cubre la dentina en la raíz. Para mantener las raíces en su lugar, existen fibras elásticas que forman la membrana periodontal, la cual se extiende desde el cemento hasta una capa gruesa de hueso llamada lámina dura, situada en el interior del maxilar.
La dentina rodea la cavidad pulpar, que se extiende hacia la raíz como el conducto radicular. Por medio de la abertura en el extremo de la raíz, ingresan vasos sanguíneos, nervios y tejido conectivo, que ocupan tanto el conducto radicular como la cavidad pulpar.
Desarrollo embriológico
Durante el segundo mes después de la concepción en el embrión humano, comienza el desarrollo de la yema o primordio del diente. Este esbozo dental está compuesto por tejido externo o ectodermo, y tejido interno o mesodermo. El ectodermo se calcifica en prismas de esmalte que cubren la corona del diente. A su vez, el mesodermo se diferencia en la porción de dentina de la corona y la cavidad pulpar después del depósito del esmalte. A medida que el embrión se desarrolla, la calcificación da lugar a la formación de la raíz del diente y un conducto radicular amplio, por donde penetran los vasos sanguíneos, los nervios y el tejido conjuntivo hacia la cavidad pulpar. Con el tiempo, a medida que la corona erupciona y la raíz se alarga, la cavidad pulpar y el conducto radicular se estrechan debido a la producción continua de dentina por células especializadas dentro de la pulpa. Conforme el diente continúa su desarrollo, la corona es impulsada a través de la encía por una fuerza eruptiva.
Dientes de leche y permanentes
En la fase inicial del desarrollo de los maxilares en los seres humanos, se encuentran 20 dientes conocidos como dientes de leche o de la infancia. A medida que los maxilares crecen, estos dientes son reemplazados por otros 32 dientes permanentes de mayor tamaño. Debido al crecimiento y expansión de los maxilares, las raíces de los dientes de leche se separan y brindan espacio para el desarrollo de los dientes permanentes más grandes. Los dientes permanentes en crecimiento ejercen presión sobre los tejidos de la mandíbula, lo que provoca la reabsorción de las raíces de los dientes de leche, dejando solamente las coronas. A medida que los dientes permanentes emergen, cada uno de ellos desplaza la corona del diente de leche correspondiente.
Tipos de dientes
En general, los dientes permanentes se dividen en tres tipos de coronas: incisivos, caninos o colmillos, y molares. Los incisivos, situados en la parte delantera de la boca, tienen forma de escoplo para facilitar el corte de los alimentos. En cada cuarto de la boca hay un incisivo central y lateral. Detrás de los incisivos, hay tres dientes utilizados para desgarrar los alimentos. El canino, que se encuentra justo después del incisivo lateral, tiene una sola cúspide puntiaguda. Detrás del canino, hay dos dientes llamados premolares, cada uno con dos cúspides. A continuación de los premolares se encuentran el primer, segundo y tercer molar, que tienen una superficie de masticación relativamente plana, lo que permite triturar y moler los alimentos. En general, los alimentos se cortan con los incisivos frontales, se reducen de tamaño con los caninos y premolares, y se vuelven digeribles con los molares. Se cree que los dientes humanos todavía están evolucionando. Los expertos en dentición sugieren que el tercer molar o muela del juicio desaparecerá a medida que el tamaño del maxilar humano se reduzca y los alimentos refinados eliminen la necesidad de molares adicionales.
Alineación de los dientes
La secuencia de erupción de los dientes en la mandíbula superior e inferior sigue un orden establecido. Sin embargo, a veces pueden ocurrir irregularidades en esta secuencia, lo que puede resultar en un mal alineamiento. En ocasiones, el diente de leche no se cae o el diente permanente puede no existir. En otros casos, el diente permanente puede quedar atrapado entre el hueso de la mandíbula y la raíz de otro diente, lo que dificulta su erupción. También es posible que se presenten dientes supernumerarios o adicionales. La maloclusión o alineamiento defectuoso puede ocurrir incluso después de que los dientes hayan erupcionado completamente. Debido a que la posición de los dientes en la mandíbula no es estática, la pérdida de una pieza dentaria puede hacer que los dientes adyacentes se inclinen hacia el espacio vacío, mientras que el diente correspondiente del maxilar opuesto continúa su crecimiento en ese espacio.
Esta desviación es factible debido a que el diente está sujeto al maxilar mediante las fibras elásticas cortas de la membrana periodontal. Los dientes están expuestos a una amplia gama de movimientos de la mandíbula, que son posibles gracias a las articulaciones temporomandibulares de la mandíbula. Normalmente, cada diente está protegido por los dientes adyacentes y opuestos, lo que permite equilibrar las fuerzas de la movilidad mandibular y evitar desplazamientos de su posición. En casos de maloclusión severa, los ortodoncistas, especialistas en corregir las irregularidades dentales, pueden lograr que los dientes regresen a su posición original.
Caries dental
Los dientes son propensos a experimentar un proceso de descomposición (caries dental). Las bacterias acidogénicas orales, que siempre están presentes en la boca, reaccionan con los carbohidratos para formar ácidos que pueden disolver el esmalte. La desmineralización del esmalte permite la penetración de otras bacterias en la dentina. Con el tiempo, la caries puede originar una cavidad o agujero en la estructura del diente. La progresión de la caries puede causar infección del tejido pulpar en la cavidad, lo que finalmente puede resultar en necrosis o formación de abscesos, los cuales, si no se tratan, pueden afectar el maxilar. El proceso de caries también se acompaña de la producción de gases putrefactos. Si la entrada a la cavidad pulpar se obstruye, puede haber un dolor severo a medida que aumenta la presión de los gases. En muchos casos, el diente se puede tratar con endodoncia para eliminar el material infectado presente en su interior. Sin embargo, en casos graves, el diente puede requerir extracción.
Es fundamental que el tratamiento odontológico se realice tempranamente para prevenir complicaciones graves, ya que, a diferencia de la mayoría de los órganos del cuerpo, los dientes no son capaces de regenerarse. Sin embargo, es posible restaurar un diente mediante la eliminación del material necrótico y su reemplazo con un material de relleno inerte. Los materiales de relleno pueden ser de oro, plata, amalgama, porcelana, cemento sintético o plástico. En ocasiones, los dientes dañados o enfermos pueden ser revestidos con una corona nueva o cubiertos con un material adecuado. En los últimos años, los implantes dentales se han vuelto cada vez más comunes como una opción para reemplazar dientes perdidos o dañados.
Mantener una adecuada higiene bucodental y someterse a revisiones periódicas son medidas preventivas para evitar enfermedades dentales. Una alimentación equilibrada con bajo consumo de hidratos de carbono puede reducir el riesgo de infecciones en los dientes. Es importante cepillar los dientes después de las comidas para eliminar los restos de alimentos y así disminuir la aparición de caries. Además, es necesario cepillar los dientes en la dirección de su crecimiento para evitar la irritación de las encías.
ANATOMÍA COMPARADA
Los dientes y mandíbulas articuladas son características que indican un nivel de desarrollo avanzado en la vida animal y, por lo tanto, no se encuentran en animales más primitivos como esponjas o medusas. Los mamíferos son el grupo que presenta las formas más evolucionadas de dientes y maxilares en el reino animal. En todos los mamíferos, incluyendo a los humanos, los dientes están ubicados en alvéolos óseos en las mandíbulas y se sostienen mediante la membrana periodontal. La mayoría de los mamíferos, a excepción de los roedores, tienen dos conjuntos de dientes: los dientes primarios y los permanentes.
Estructura de los dientes de los animales
Los dientes de los animales están compuestos por las mismas cuatro sustancias que los dientes humanos: esmalte, dentina, cemento y pulpa, aunque la composición y estructura de cada una de estas sustancias puede variar en cada especie. Por ejemplo, en los caballos, todo el recubrimiento del diente está compuesto de esmalte, a diferencia de otros animales donde solo el esmalte cubre la dentina y la pulpa.
Tipos de diente animal
Los dientes de los animales han experimentado adaptaciones específicas en respuesta a sus necesidades alimenticias y requerimientos de masticación. Algunas especies han desarrollado dientes especializados para diferentes funciones. Por ejemplo, los carnívoros como el tigre, la foca y el perro tienen caninos altamente desarrollados, también conocidos como colmillos, que son puntiagudos y les permiten sujetar a sus presas y desgarrar los músculos. En cambio, los herbívoros como el ganado vacuno y el caballo tienen incisivos diseñados para cortar alimentos vegetales o suculentos, y molares planos y anchos para triturarlos. Estas adaptaciones dentales son resultado de la evolución en respuesta a la dieta y hábitos alimenticios de cada especie.
Algunos mamíferos, así como la mayoría de los peces y reptiles, poseen dientes con raíz abierta que crecen de manera constante para reemplazar aquellos que se desgastan por el uso. Este tipo de dientes se encuentran en especies como roedores, elefantes y morsas, que suelen tener incisivos anteriores con raíz abierta. Un ejemplo destacado son los castores, que utilizan sus incisivos de forma continua para cortar materiales y construir sus hogares, llegando a crecer hasta 1,2 metros por año. Esta adaptación les permite mantener dientes funcionales en todo momento, garantizando su capacidad para cumplir con sus necesidades de alimentación y construcción.
Muchos peces y reptiles exhiben una amplia variedad de formas de dientes, generalmente afilados y cortantes, que utilizan para capturar a sus presas. Algunas especies de peces y reptiles pueden tener dientes que crecen en la lengua, el paladar o como un segundo conjunto en la garganta. Los cocodrilos y caimanes, por ejemplo, presentan dientes firmemente implantados en sus maxilares, similar a los humanos. Por otro lado, las tortugas carecen de dientes y solo tienen placas óseas duras con bordes afilados en sus maxilares. Algunos anfibios, como las ranas, pueden desarrollar un diente ovoide que utilizan para abrirse paso a través del huevo, pero estos dientes se pierden poco después del nacimiento y no vuelven a aparecer. Los reptiles venenosos, como las serpientes de cascabel, poseen incisivos bien desarrollados o colmillos que utilizan para inyectar veneno en sus presas. De manera similar, los murciélagos vampiro tienen incisivos altamente desarrollados en su estructura dental.