Embarazo y parto, complicaciones y proceso

La Gestación y alumbramiento, son los conceptos que abarcan la etapa de reproducción humana, la cual inicia cuando el espermatozoide de un varón fecunda el óvulo de una mujer y este óvulo fecundado se anida en la pared del útero. Los primeros meses de la gestación son fundamentales para el desarrollo del feto, ya que durante este lapso se forman su encéfalo, extremidades y órganos internos.

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Un embarazo normal dura de 37 a 42 semanas, o 280 días, contando desde el comienzo del último periodo menstrual. A veces las mujeres dan a luz mucho antes de la fecha esperada, lo que da origen a un niño prematuro. Un 7% de los niños que nacen son prematuros, es decir, nacidos antes de la semana 37 de embarazo. Los niños que nacen unas pocas semanas antes suelen desarrollarse con normalidad.

EMBARAZO

La gestación inicia cuando el espermatozoide masculino fecunda el óvulo femenino y este óvulo fecundado se implanta en la mucosa uterina. Debido a que el embarazo afecta los patrones hormonales normales de la mujer, uno de los primeros signos de embarazo es la ausencia del ciclo menstrual. Otros síntomas pueden incluir aumento de la sensibilidad mamaria, fatiga, náuseas, hipersensibilidad a los olores, mayor frecuencia urinaria, cambios en el estado de ánimo y aumento de peso.

Algunas mujeres pueden experimentar antojos de sustancias inusuales como hielo, arcilla o almidón de maíz durante el embarazo, en un fenómeno conocido como pica, lo cual podría indicar una deficiencia de hierro u otros nutrientes. Aunque estos síntomas pueden disminuir antes de la duodécima semana de gestación, otros nuevos aparecen. Por ejemplo, los senos pueden aumentar de tamaño y los pezones oscurecerse. El aumento de peso es un síntoma evidente, y en la actualidad, la mayoría de los médicos recomiendan un aumento no mayor a los 12 kilogramos al final del embarazo.

Durante los primeros meses de la gestación, se presenta una etapa crucial para el desarrollo del feto, ya que en este periodo se forman su cerebro, extremidades y órganos internos. Por lo tanto, es esencial que una mujer embarazada tenga precaución antes de tomar cualquier medicamento sin la recomendación de su médico, quien conoce su estado. También es importante evitar exposición a rayos X, así como el consumo de tabaco y alcohol.

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COMPLICACIONES

Las madres que superan los 35 años suelen preocuparse por la salud de su futuro hijo debido a la mayor prevalencia de problemas genéticos en esta etapa de la vida. Existen pruebas seguras y efectivas para detectar desórdenes genéticos que pueden causar discapacidades y otros problemas. La amniocentesis es la prueba más comúnmente utilizada, con un 95% de probabilidad de que el feto sea normal en los casos en que se realiza. Algunos médicos recomiendan que todas las mujeres mayores de 35 años se sometan a esta prueba como medida precautoria.

Aunque la mayoría de los embarazos transcurran sin complicaciones, pueden surgir ciertas situaciones complicadas. Una de ellas, aunque poco común pero peligrosa, es el embarazo ectópico o extrauterino, en el cual el óvulo fecundado se implanta fuera del útero, ya sea en el abdomen o en una trompa de Falopio. Los síntomas incluyen dolores repentinos e intensos en la parte inferior del abdomen alrededor de la séptima u octava semana de embarazo. Si no se trata rápidamente con cirugía, el embarazo ectópico puede provocar hemorragias internas severas y posiblemente la muerte.

Alrededor del 15% de los embarazos finalizan en un aborto espontáneo, el cual suele ocurrir entre la cuarta y la duodécima semana de embarazo. Si una mujer sospecha que está embarazada y experimenta dolores abdominales agudos o sangrado vaginal, es importante que consulte de inmediato con un médico.

La preeclampsia es otra complicación seria que puede ocurrir en la etapa tardía del embarazo. Los síntomas incluyen hipertensión, un aumento repentino y significativo de peso debido a la retención de líquidos, llegando a ganar de 11 a 13 kilos en un mes, y la presencia de proteínas en la orina. Si no se trata, puede provocar ataques cerebrales y coma, e incluso poner en riesgo la vida del feto. En casos graves de preeclampsia, se puede requerir la extracción del feto lo antes posible para proteger tanto a la madre como al bebé. Esta condición desaparece después del parto.

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PARTO

Un embarazo típico tiene una duración de aproximadamente 40 semanas, o 280 días, contados desde el inicio del último período menstrual. Sin embargo, en ocasiones las mujeres dan a luz antes de la fecha esperada, lo que resulta en un bebé prematuro. Cerca del 7% de los bebés nacidos son prematuros, es decir, nacidos antes de la semana 37 de embarazo. Aunque los bebés que nacen unas pocas semanas antes suelen desarrollarse con normalidad, gracias a los avances en cuidados neonatales, muchos bebés que nacen con 25 o 26 semanas de gestación pueden sobrevivir. Por otro lado, si el embarazo dura más de 42 semanas, se le denomina parto postérmino.

El proceso del parto, en el cual el bebé es expulsado del útero a través de la vagina, se inicia con contracciones irregulares del útero que ocurren aproximadamente cada 20 o 30 minutos. A medida que el proceso avanza, las contracciones se vuelven más frecuentes e intensas. La duración promedio del parto para una madre primeriza es de 13 a 14 horas, mientras que para una mujer que ha tenido partos previos, suele ser de unas 8 o 9 horas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la duración del parto puede variar considerablemente.

Históricamente, el proceso del parto se ha dividido en tres etapas: dilatación, expulsión y alumbramiento. La primera etapa abarca desde el inicio de las contracciones hasta que el cuello uterino se ha dilatado por completo. El periodo de expulsión inicia cuando el feto comienza a avanzar a través del canal del parto una vez que el cuello uterino está dilatado, y finaliza cuando el feto es completamente expulsado al exterior. A partir de ese momento y hasta la completa expulsión de la placenta y sus membranas, se considera el periodo de alumbramiento.

Algunas mujeres optan por algún tipo de analgesia para mitigar el dolor del parto. No obstante, el parto sin medicación se ha vuelto más común, en parte porque muchas mujeres son conscientes de que la anestesia y los medicamentos administrados pueden llegar rápidamente al feto a través de la placenta.

Otra alternativa para reducir las molestias durante el parto es la anestesia local, que adormece solamente las áreas del cuerpo de la madre afectadas por el dolor del parto. Estos anestésicos incluyen el bloqueo de la parte baja de la columna vertebral y la inyección epidural, que anestesia la región pélvica.

La epidural no se debe administrar al comienzo de la dilatación ya que puede prolongar el parto de manera peligrosa; generalmente se utiliza para aliviar el dolor durante la etapa de expulsión (y posiblemente la última fase de dilatación). Otra opción es la cesárea, un procedimiento quirúrgico para extraer al bebé del útero, pero no es una alternativa para el dolor. Se realiza únicamente si hay una razón médica específica para evitar complicaciones del parto vaginal.

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