Cinematografía; concepto, desarrollo, historia y características

La producción de películas es una disciplina artística y técnica conocida como cine. A pesar de que en 1891 Thomas Edison había patentado el kinetoscopio, la verdadera cinematografía no se hizo conocida hasta 1895 cuando los hermanos Lumière, Louis y Auguste, presentaron en París su cinematógrafo.

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Esta invención permitió proyectar películas en una pantalla para una audiencia numerosa y así surgió un nuevo espectáculo de masas, bautizado como el séptimo arte. Para completar la experiencia cinematográfica, solo faltaba agregar sonido a las imágenes. La Vitaphone (1926) y la Movietone (1931) lograron la sincronización entre sonido e imagen, haciendo posible el cine tal y como lo conocemos hoy en día.

Introducción

La operación del cine se fundamenta en una propiedad de la retina del ojo humano conocida como el principio de persistencia de la imagen retiniana. Cuando el cristalino del ojo enfoca una imagen sobre la retina, se estimulan los impulsos nerviosos que llegan al cerebro mediante la emisión de fotopigmentos específicos.

 Si la imagen desaparece repentinamente, estos fotopigmentos mantienen su actividad química, manteniendo la estimulación de las señales nerviosas por un corto período de tiempo. La duración de este lapso de tiempo en que la señal persiste dependerá del estado de adaptación del ojo. En 1829, el físico belga Joseph Plateau formuló este principio, estableciendo la persistencia en una décima de segundo.

Cuando el nivel de luz ambiente es bajo, se dice que la retina está adaptada a la oscuridad, lo que produce una actividad nerviosa persistente durante un período de tiempo aún mayor. Por esta razón, una lámpara que gira en círculos en una habitación oscura parece a los ojos del espectador como un círculo continuo, ya que la fuente de luz vuelve una y otra vez a la misma posición antes de que la actividad de la retina disminuya significativamente.

En las salas de cine, las retinas de los espectadores están adaptadas a la oscuridad, y se les presenta una secuencia de imágenes fijas que se proyectan en la pantalla a una velocidad rápida para crear la ilusión del movimiento. Las películas suelen tener una velocidad de 24 imágenes por segundo, aunque a veces tienen 25 para ajustarse mejor a la señal de video y televisión. Durante la época del cine mudo, la velocidad de la película era de 16 imágenes por segundo, lo que parece suficiente para mantener la ilusión de un movimiento continuo.

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La Cámara del Cine

Aunque la función principal de la cámara de cine, la captura de imágenes fijas, es similar a la de una cámara fotográfica, la necesidad de tomar múltiples fotografías por segundo requiere un mecanismo específico para permitir el rápido transporte de la película dentro de la cámara. A una velocidad de 24 fotogramas por segundo, se necesitan más de 27 metros de película de 35 milímetros por minuto, lo que requiere que los chasis de las cámaras tengan entre 122 y 305 metros de longitud. Para sacar la película de rollos tan largos de manera suave y guardarla después de ser impresionada, la película debe correr continuamente dentro de la cámara. Sin embargo, para capturar imágenes, la película avanza de fotograma en fotograma a medida que se van tomando las sucesivas fotografías.

El mecanismo que permite el movimiento constante de la película en la cámara de cine es accionado por una o dos ruedas dentadas. La película es sujetada a través de tensores en los rollos, mientras que la rueda dentada de arrastre encaja en las perforaciones a lo largo de los bordes de la película, permitiendo que ésta sea jalada con delicadeza.

La superficie reflectante de la ventana se compone de una placa de metal lisa y brillante que incluye una apertura rectangular conocida como la ventana. La película se mantiene plana contra la ventana y se sujeta por detrás con la contraventana. El objetivo se sitúa frente a la ventana y contiene una serie de lentes que enfocan las imágenes invertidas del objeto fotografiado sobre la superficie de la película. Cada imagen invertida que se captura es un fotograma. En las cámaras de cine, la película se mueve verticalmente y cada fotograma ocupa cuatro perforaciones. Por otro lado, en las cámaras de fotografía fija, la anchura de cada fotograma es de ocho perforaciones, incluyendo el espacio entre ellos.

Entre la lente y la película se sitúa una cortinilla que se mueve de forma constante, alternando la apertura de la ventana para que el fotograma se exponga y cerrándola después para que la película avance. El tipo más común de cortinilla es semicircular, lo que resulta en una apertura de 180° y un tiempo de exposición de 1/48 segundos a 24 fotogramas por segundo. Algunas cámaras permiten ajustar el ángulo de la cortinilla para variar el tiempo de exposición.

El avance intermitente de la película a través de la ventanilla es habitualmente generado por un sistema llamado mecanismo de pinza (y antipinza) que convierte el movimiento de rotación constante en un movimiento intermitente de entrada en las perforaciones de la pinza, arrastrando la película hacia abajo un paso (equivalente a la altura de un fotograma), y luego volviendo a la posición inicial durante la exposición, para volver en el siguiente ciclo a insertarse en una nueva porción de película para arrastrarla.

Para asegurar que la película se posicione correctamente y permanezca completamente inmóvil durante el tiempo de exposición, muchas cámaras están equipadas con otros dispositivos (los antipinzas) que se insertan en las perforaciones para sujetar la película durante la exposición. Para poder sincronizar la continuidad del movimiento de arrastre de la película con la intermitencia de detención-tracción necesaria para exponer fotograma a fotograma, hay dos pequeñas secciones de película, una por encima y otra por debajo de la ventanilla, que se estiran en el momento del máximo tirón y luego se relajan de nuevo.

Para lograr una precisión en el encuadre, la mayoría de las cámaras profesionales cuentan con un sistema de visor réflex. Este sistema consiste en que el obturador tenga una superficie frontal inclinada a 45° del eje de la cámara, la cual es un espejo, de manera que cuando el obturador se encuentra cerrado, la imagen reflejada sea idéntica a la que se registrará en la película. Así, el operador de la cámara podrá ver a través de un visor con aumento la misma imagen que será impresa en la película.

En la actualidad, muchas cámaras ofrecen la opción de incorporar una cámara de video en miniatura que transmita la imagen del visor réflex a un monitor para que otros miembros del equipo, en especial el director y el iluminador, puedan seguir la filmación. Este sistema, conocido como video assist, es cada vez más utilizado durante las grabaciones.

La calidad de las imágenes que se proyectan en el cine depende de múltiples factores, incluyendo la superficie de la película que se utiliza. En la industria del cine profesional y la publicidad, se suele utilizar el formato de 35 mm, mientras que la película de 16 mm se utiliza comúnmente en documentales y algunos programas de televisión. No obstante, el uso de este formato está siendo reemplazado progresivamente por los formatos más avanzados del vídeo.

Existe también una versión mejorada de la película de 16 mm, conocida como Super 16, que utiliza una superficie mayor de la película para obtener imágenes de mayor calidad. Esta versión puede ser ampliada a 35 mm para su proyección en salas comerciales. El formato de 8 mm, anteriormente muy utilizado en el cine amateur, ha sido sustituido por las cámaras de vídeo, mientras que el formato superior de 70 mm se emplea solo en casos especiales debido a que los proyectores de este formato solo están disponibles en un número reducido de salas de exhibición.

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Procesado en el Laboratorio

La producción de largometrajes genera una gran cantidad de metraje de película que requiere maquinaria especializada y de alta capacidad para su revelado y positivado (conocido como trenes de revelado). Después de revelar el negativo, se realiza una copia en una copiadora para obtener imágenes positivas. La mayoría de las copias se realizan mediante máquinas de contacto continuo, en las que el negativo revelado y la película positiva sin exposición se colocan juntos, fotograma a fotograma, en contacto superficie a superficie bajo una fuente de luz controlada.

La luz atraviesa los fotogramas del negativo, impregnando directamente la película virgen positiva, que posteriormente es revelada. También existen copiadoras que emplean un proyector y una lente para proyectar la imagen negativa directamente sobre la película virgen positiva en una cámara especial. Este tipo de copiado se utiliza para diferentes propósitos, como el aumento (también conocido como hinchar) de un negativo de 16 mm para convertirlo en una película de 35 mm, así como para otros efectos especiales, como recortar partes específicas de la imagen original.

La fuente de luz utilizada para la copia de películas es regulada de forma controlada, lo que permite ajustar las proporciones de luz roja, verde y azul de manera independiente para variar el balance de colores y la exposición durante el proceso de copiado. De este modo, el director de fotografía puede asegurar que los diferentes planos que componen la película tengan una iluminación uniforme y se logre una continuidad en la secuencia. Asimismo, se pueden obtener efectos expresivos que contribuyan a la ambientación y el ritmo de la película en general. A este proceso se le denomina corrección de color.

La primera reproducción se envía al equipo de filmación lo antes posible para su revisión y verificación de que las escenas han sido capturadas correctamente. Estas reproducciones se conocen como rushes o dailies, y después de su proyección son utilizadas por el editor para crear una copia de trabajo, donde se cortan y ensamblan en el orden adecuado y en los puntos precisos donde la transición entre planos es más fluida o consigue un mayor efecto dramático.

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Sonorización

Cuando se necesita sincronizar la imagen y el sonido, como en las escenas de diálogo donde es esencial que los movimientos de los labios coincidan exactamente con la voz, se utilizan cámaras que produzcan el menor ruido posible, insonorizadas para que su sonido no interfiera en la grabación del sonido directo durante el rodaje. Si estas grabaciones no tienen la calidad de sonido necesaria, se vuelven a grabar en estudios de doblaje y sonido, ajustándolas a la imagen según lo requiera o no la sincronización.

El registro de sonido durante el rodaje se lleva a cabo comúnmente utilizando cintas de bobina abierta, como los conocidos magnetófonos portátiles Nagras, en una grabación analógica o en cintas de DAT en una grabación digital, tanto en mono como en estéreo. Posteriormente, los sonidos se transfieren a película magnética en un estudio para ser editados junto con las imágenes. La película magnética tiene un formato similar al de la película óptica, con perforaciones para su arrastre, pero tiene una capa de material magnético. En lugar de grabar una sola pista sonora, se graban varias pistas separadas, todas sincronizadas con la imagen.

Después, en el proceso de mezcla, se combinan en una única pista (máster) de sonido magnético. Actualmente, este método está obsoleto y la mayoría de la sonorización se realiza en soportes digitales informáticos con numerosas pistas y opciones para generar y modificar sonidos existentes, de manera que se pueda obtener una mezcla digital sincronizada con la imagen. Esto se consigue mediante la digitalización del copión de trabajo telecinado o mediante la edición directa en vídeo a partir del telecinado de las tomas diarias o de la imagen del video assist grabada directamente en vídeo. Finalmente, esta mezcla digital se transfiere a la película magnética, aunque esta transferencia puede provocar una pérdida de calidad de sonido.

Una vez que se ha finalizado el proceso de montaje de la imagen y la mezcla definitiva de sonido, se procede al corte del negativo original, siguiendo el copión de trabajo. Después, se lleva a cabo la transferencia del máster de sonido magnético a sonido óptico (ver Grabación de sonido y reproducción). A continuación, el negativo de imagen montado y el sonido óptico se copian juntos para obtener la copia cero, que es la primera copia. Posteriormente, se hacen ajustes en el balance de colores y en la luminosidad (tal como se ha descrito antes en el proceso de etalonaje) para crear copias sucesivas, hasta que se aprueba una que se utilizará para crear varias copias mediante el uso de un internegativo, las cuales se distribuirán y exhibirán en las salas de cine.

Los avances tecnológicos han permitido nuevas técnicas de montaje de películas conocidas como edición no lineal. Se digitalizan el negativo y los sonidos grabados, ambos con código de tiempos, y se cargan en un ordenador multimedia donde el montador o el director pueden hacer el montaje de imagen y sonido con gran facilidad. Todas las posibilidades del montaje se pueden explorar y se pueden rehacer cuantas veces sea necesario cada ensayo de montaje hasta obtener una versión final de la película. El ordenador genera una lista de referencias de las sucesivas decisiones de montaje a partir de la cual se corta el negativo. Para el sonido, se obtienen versiones digitales de cada pista utilizada o de la mezcla final, que se pueden grabar en discos compactos o en cintas de audio digitales (DAT). En el caso de la mezcla, se transcribe directamente a la película magnética definitiva de 35 mm, que será transferida a sonido óptico. Las copias de proyección, con sonido e imagen, se producen de la misma manera.

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Proyección

El proyector de cine consta de una abertura para la película, similar a la de la cámara, pero en este caso con aberturas delantera y trasera. Cada fotograma es iluminado con gran intensidad desde detrás por una fuente de luz potente, como una lámpara de xenón. La imagen de los fotogramas proyectados se enfoca en la pantalla de la sala mediante una lente.

La película es transportada a través de la abertura a pasos (tal como en la filmación) gracias a una rueda dentada intermitente, situada justo debajo de la abertura. A diferencia del obturador de la cámara, el obturador del proyector posee dos hojas, por lo que cada fotograma se muestra dos veces. Esto aumenta la frecuencia del parpadeo, lo que lo hace menos perceptible para la retina del público presente, adaptada a la oscuridad.

Se enfoca un haz de luz angosto y dirigido hacia la banda de sonido óptico ubicada a un costado de la película. La luz es modulada por la banda de sonido, alterando su intensidad, y esta modulación es registrada por una célula fotoeléctrica que la transforma en una señal eléctrica. Estas señales son amplificadas y reproducidas por los altavoces. Las bandas sonoras pueden utilizar una técnica más sofisticada para codificar el sonido estéreo y los efectos de sonido envolvente en la sala, así como para reducir el ruido eléctrico. Aunque son pocas, cada vez hay más salas equipadas con sistemas de reproducción de bandas sonoras totalmente digitales.

Las películas exhibidas en cines tienen diversas proporciones, que van desde la proporción original de 1,33:1 (cuatro de ancho por tres de alto), que es también la proporción de la televisión, hasta los formatos más panorámicos que tienen una proporción de alrededor de 2 a 1. La mayoría de las películas actuales tienen un formato ligeramente panorámico de 1,66:1 o 1,85:1. Además, algunas películas utilizan lentes anamórficas que comprimen la imagen en los laterales, lo que hace que los fotogramas tengan figuras alargadas que se restauran a su forma original durante la proyección con una lente opuesta. De esta manera, se utiliza todo el espacio de la película y se proyecta con mayor amplitud en una proporción de 2,35:1. Este sistema se conoce como Panavisión y se comercializa de varias formas, siendo la más conocida el CinemaScope.

Existen algunas salas de cine que tienen la capacidad de proyectar películas en un formato de 70 mm, en el que la película se desplaza horizontalmente a través del proyector para crear imágenes enormes y de alta calidad que pueden ser mostradas en pantallas gigantes. Cada fotograma se mantiene plano y en la posición adecuada al ser sujetado contra una superficie de cristal mediante un sistema de succión de aire. Para aumentar la experiencia visual, se combinan con bandas sonoras múltiples. Las salas de cine Imax y Omnimax utilizan estas técnicas para producir efectos espectaculares en el público.

Una vez que se ha estandarizado la velocidad de proyección de los proyectores de cine en 24 imágenes por segundo, es importante que la cámara con la que se haya filmado la película haya mantenido la misma velocidad para asegurar que el efecto de movimiento y la frecuencia de los sonidos de la banda sonora se reproduzcan a su velocidad natural.

Si la cámara rueda a una velocidad mayor, la proyección mostrará una acción ralentizada, lo que se conoce como efecto de cámara lenta. Por ejemplo, si la velocidad de la cámara es de 48 imágenes por segundo, la proyección empleará el doble de tiempo, lo que resultará en una ralentización de la acción a la mitad de su velocidad natural.

Este párrafo podría ser redactado de la siguiente manera: Las cámaras con velocidades más lentas pueden producir el efecto opuesto, que es la aceleración del movimiento. Para capturar imágenes que ocurren durante largos periodos de tiempo, como el crecimiento de una planta o la apertura de una flor, se utilizan motores y obturadores especiales que toman una foto cada cierto intervalo. De esta manera, una secuencia de fotogramas tomados durante un tiempo prolongado se puede acelerar cientos o miles de veces al ser proyectados a la velocidad normal. Esta técnica se utiliza para mostrar acciones muy lentas, como la eclosión de una mariposa de su crisálida, tal como se mencionó anteriormente.

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