Civilización: Concepto, historia y desarrollo
La Civilización se refiere a una sociedad que ha alcanzado un alto nivel de desarrollo histórico y cultural. Se caracteriza por su ciencia, arte, ideas y costumbres avanzadas. Es una sociedad en constante evolución y mejora, que debe enfrentar y superar desafíos socioeconómicos, políticos y culturales para seguir progresando.
La categorización de una civilización como unidad histórica es una perspectiva relativamente moderna. En la Edad Media, los historiadores se enfocaban en perspectivas religiosas o nacionales. Los historiadores europeos de esa época consideraban la revelación cristiana como el evento más importante y no prestaban mucha atención a otras culturas, salvo como curiosidades o para fines misioneros. La perspectiva nacional surgió en el siglo XVI con la filosofía política de Nicolás Maquiavelo, quien sostuvo que el Estado era el objeto adecuado del estudio histórico.
Índice de contenidos
Introducción
El fundador del Derecho internacional, Francisco de Vitoria, examinó los derechos de la Corona española en la conquista de América. No obstante, los historiadores que sucedieron a Vitoria y narraron la historia de los estados nacionales de Europa y América, sólo estudiaron a las sociedades que estaban al margen de la cultura europea para ilustrar su subyugación a las potencias europeas, que ellos consideraban más avanzadas. Por otro lado, los misioneros y teólogos españoles exploraron a profundidad el conocimiento y el análisis de las civilizaciones recién descubiertas, aunque a veces resultó complicado caracterizarlas.
Los siglos XVIII y XIX
Durante la época de la Ilustración, los historiadores comenzaron a mostrar interés por las culturas de otros lugares. En el siglo XVIII, el desarrollo de un enfoque secular y de una crítica racional permitió a escritores y filósofos como Voltaire y Montesquieu, trascender la estrechez del pensamiento histórico previo. No obstante, sus teorías sobre la historia universal adolecían de sesgos y reflejaban su propia cultura.
Intentaban rechazar o ignorar las costumbres irracionales y asumían que todas las personas eran inherentemente racionales y, por lo tanto, muy similares, de modo que sus condiciones debían ser válidas para todos los seres humanos, lo que dio lugar a la perspectiva eurocentrista de la civilización.
A comienzos del siglo XIX, los pensadores y cronistas del movimiento romántico rechazaron la noción eurocentrista prevaleciente. Los filósofos alemanes Johann von Herder y Georg Wilhelm Friedrich Hegel enfatizaron las marcadas diferencias entre las personas en términos de habilidades y logros según su cultura, lo que sentó las bases para el estudio comparativo de las civilizaciones.
El siglo XX
De acuerdo con los historiadores contemporáneos, resulta inviable escribir la crónica de cualquier país sin tener en cuenta su cultura. Sostienen que gran parte de la vida de una nación está influida por su participación en una entidad social más amplia, compuesta por una serie de naciones o estados que comparten muchas características de origen común. Esta entidad social más amplia, que es más cultural que política, es la que consideran como el verdadero objeto de estudio histórico. En la actualidad, las civilizaciones están cada vez más interconectadas, hasta el punto de que ninguna de ellas sigue un destino independiente y todas participan en una civilización mundial compartida.
Al inicio del siglo, ciertos historiadores observaron rasgos comunes en la historia de diversas civilizaciones. En su obra “La decadencia de Occidente” (1918-1922), el filósofo alemán Oswald Spengler describe a las civilizaciones como organismos vivos que evolucionan y pasan por las mismas fases en distintos momentos. Por su parte, el historiador británico Arnold J. Toynbee, en su obra “Estudio de la Historia” (1934-1961), establece un patrón uniforme para la historia de las diversas civilizaciones, aunque con un determinismo menos estricto que el de Spengler.
Toynbee sostiene que una civilización puede prolongar su existencia de manera indefinida si sabe dar respuesta apropiada a los desafíos internos y externos. No obstante, muchos historiadores son escépticos respecto a las filosofías de la historia basadas en patrones repetitivos del pasado y evitan hacer predicciones sobre el futuro a partir de estas teorías.
Clasificación de la sociedad
A lo largo de la historia, los historiadores han enfrentado grandes dificultades al intentar definir el término “civilización” y clasificar a las sociedades en base a este concepto. En general, se utiliza el término para describir a un conjunto de sociedades pasadas y presentes que comparten características históricas, culturales y técnicas únicas.
Algunas de las civilizaciones que han sido identificadas y estudiadas incluyen la de Extremo Oriente, que se originó en China alrededor del año 2200 a.C. y se expandió hacia Japón alrededor del año 600 d.C.; la civilización india, que surgió alrededor del año 1500 a.C.; la civilización egipcia, que se desarrolló alrededor del año 3000 a.C.; la civilización sumeria, que se originó alrededor del año 4000 a.C. y fue seguida por la babilónica alrededor del año 1700 a.C.; la civilización minoica, que se desarrolló alrededor del año 2000 a.C.; la civilización semita, que se originó alrededor del año 1500 a.C.; la civilización olmeca, que surgió alrededor del año 1500 a.C.
La civilización grecorromana, que se desarrolló alrededor del año 1100 a.C.; la civilización bizantina, que se originó en el siglo IV d.C.; la civilización islámica, que se desarrolló en el siglo VIII d.C.; y las civilizaciones incaica y azteca, que surgieron alrededor del siglo XIV d.C. Además, también se incluye la civilización occidental, que se originó en Europa occidental a principios de la Edad Media y que abarca a las sociedades que se han desarrollado en el continente americano a partir del siglo XVI.