Transporte público; concepto, Historias y tipos de transporte
El transporte público, también conocido como transporte de masas o colectivo, es un servicio de transporte que se presta en áreas urbanas y suburbanas, el cual permite a los pasajeros desplazarse pagando una tarifa establecida. Este servicio se lleva a cabo mediante una programación de rutas definidas, horarios regulares y paradas establecidas.
En muchas ciudades de tamaño mediano, se pueden encontrar sistemas de transporte rápido y ferroviario, mientras que, en las ciudades más grandes, así como en algunas más pequeñas, los usuarios pueden acceder a autobuses, camiones, guaguas o colectivos, los cuales brindan el mismo servicio de transporte público. En algunas ciudades, también se ofrece transporte ferroviario subterráneo o de superficie para cubrir las necesidades de desplazamiento de los usuarios. Es importante destacar que el transporte público es una herramienta fundamental para la movilidad de las personas, ya que contribuye a la descongestión del tráfico y la reducción de emisiones contaminantes en las ciudades.
Índice de contenidos
Introducción
Aunque se tiene constancia de que desde los albores del siglo XVI ya existían servicios de transporte de pasajeros en carruajes tirados por caballos, el primer ómnibus moderno no fue introducido hasta el año 1829. Fue entonces cuando George Shillibeer, un emprendedor fabricante de carrozas, decidió establecer un novedoso servicio de transporte público en la ciudad de Londres. Esta iniciativa revolucionaria permitió a los ciudadanos londinenses desplazarse cómodamente a través de una red de rutas fijas y preestablecidas.
Poco después, en el año 1831, se inauguró el siguiente servicio regular en la ciudad de Nueva York, concretamente en la calle Broadway, convirtiéndose en la primera ciudad estadounidense en contar con un servicio de transporte público regular y moderno. Gracias a estas innovadoras iniciativas, se sentaron las bases de lo que hoy en día es un servicio esencial en las grandes ciudades de todo el mundo, que permite a millones de personas desplazarse diariamente de manera rápida, cómoda y segura.
Con la llegada de la Revolución Industrial y el posterior aumento del tamaño de las ciudades, se hizo imperante contar con un sistema de transporte urbano que permitiera el desplazamiento de la población a sus trabajos, eventos culturales, deportivos y sociales, así como para realizar compras, visitas médicas o cualquier otra actividad. En este sentido, se hizo evidente la necesidad de un medio de transporte que fuera rápido, eficiente y seguro. Fue entonces cuando se inauguró en la ciudad de Nueva York en 1904, el primer servicio de transporte subterráneo de alta velocidad, también conocido como metro, metropolitano o ferrocarril urbano. Este sistema revolucionario permitió a los ciudadanos desplazarse de manera eficiente y cómoda por debajo de las calles congestionadas de la ciudad, sentando las bases para lo que hoy en día es un elemento fundamental del transporte público en las grandes ciudades del mundo.
Durante las primeras dos décadas del siglo XX, con la creciente popularidad del automóvil privado, muchas compañías de ferrocarril urbano comenzaron a experimentar problemas financieros y, en algunos casos, incluso llegaron a quebrar. No obstante, en la década de 1930 se inició un esfuerzo para revitalizar el sistema de transporte público.
A medida que avanzaba el tiempo, la mayoría de las ciudades optaron por utilizar autobuses con motor diésel, los cuales ofrecían una mayor flexibilidad y libertad a la hora de seleccionar las rutas de transporte, lo que no era posible con sistemas como el cable aéreo utilizado en tranvías y trolebuses. De este modo, se buscaba ofrecer a los ciudadanos una opción de transporte más cómoda, accesible y eficiente, que pudiera satisfacer sus necesidades y demandas de movilidad en la urbe.
El papel que cumple el transporte público en diversas zonas metropolitanas es fundamental, en especial en aquellas de gran tamaño, ya que más del 50% de la población trabajadora depende de este servicio para trasladarse diariamente desde y hacia sus centros laborales. Es decir, el transporte público se convierte en una necesidad primordial para una gran parte de la población urbana, pues les permite desplazarse de manera rápida, cómoda y asequible a sus lugares de trabajo, así como a otros destinos como comercios, centros de estudio o lugares de entretenimiento. Además, contribuye a reducir la congestión vehicular, el consumo de combustible y las emisiones de gases contaminantes, generando así un impacto positivo en el medio ambiente y en la calidad de vida de la ciudadanía.
TIPOS DE SERVICIO
Una de las particularidades del transporte público es que puede ser clasificado en diferentes categorías, tomando en cuenta diversas características que lo distinguen. Es posible clasificar el transporte público en función de elementos como la independencia de paso, es decir, si cuenta con vías exclusivas o comparte las mismas vías que otros vehículos. Otro aspecto importante a considerar es el control de conducción, que puede ser manual o automatizado, dependiendo de la tecnología que se utilice en la gestión del servicio.
Además, la forma de propulsión también puede ser un criterio relevante de clasificación, ya que se pueden encontrar vehículos propulsados por motores de combustión interna, eléctricos, a gas o híbridos. Por último, el tipo de servicio que se presta es otro aspecto que puede influir en la clasificación del transporte público, ya que éste puede variar desde servicios de transporte regular y frecuente, hasta servicios bajo demanda y personalizados. Cada una de estas categorías tiene sus propias particularidades y puede ser más o menos adecuada para satisfacer las necesidades de movilidad de los usuarios en función de su situación y contexto específico.
Metro
El transporte rápido de tecnología ferroviaria es un servicio de transporte de pasajeros que se basa en la utilización de trenes que circulan por raíles o rieles a altas velocidades. Este tipo de transporte funciona mediante estructuras elevadas, túneles o carriles exclusivos para evitar la interferencia con el tráfico. Los trenes de alta capacidad que se utilizan en estos sistemas son de alto rendimiento y son capaces de alcanzar velocidades de entre 120 y 130 km/h. Además, pueden transportar a grandes cantidades de pasajeros, llegando a transportar hasta 40.000 viajeros en una sola dirección en una hora.
Un ejemplo de ello lo encontramos en el metro de Madrid, que transporta alrededor de un millón de pasajeros al día. Para controlar el flujo de personas, se emplean torniquetes de entrada que registran el paso de los pasajeros. A excepción de los sistemas de sustentación neumática desarrollados en Francia y utilizados en algunas ciudades como México y Montreal, la mayoría de los sistemas de transporte rápido ferroviario utilizan ruedas de acero para desplazarse sobre los rieles.
El manejo de un tren puede ser llevado a cabo por una sola persona. Los trenes disponen de distintas modalidades de control automático, y pueden operar con intervalos de tan solo 90 segundos. Las estaciones, que cuentan con andenes elevados, permiten que los pasajeros aborden y desciendan del tren de manera rápida y eficiente. La distancia entre las estaciones varía desde 1.200 hasta 4.500 metros, y algunas estaciones, especialmente las situadas en las áreas suburbanas, requieren de un sistema de alimentación mediante autobuses y de amplios espacios de estacionamiento.
El tranvía es un medio de transporte urbano eléctrico que se distingue por el uso de unidades simples o en pequeños grupos que se impulsan mediante motores que reciben energía de la catenaria ubicada en la parte superior del vehículo. Su principal particularidad radica en la variedad de alternativas para adaptar, configurar y diseñar los coches.
El tranvía es un medio de transporte eléctrico urbano que tiene la capacidad de operar tanto en superficie como en subterráneo en zonas densamente pobladas del centro de la ciudad. También puede circular en carriles reservados de autopistas y en vías abandonadas de ferrocarril, así como en corredores de servicio público en zonas más alejadas de la ciudad. La velocidad promedio que puede alcanzar varía entre 16 y 40 km/h, dependiendo del grado de separación del tráfico. La capacidad de transporte de un sistema de tranvía de tamaño medio es de aproximadamente 12.000 personas por hora.
Autobús y trolebús
Los sistemas de transporte por autobús son aquellos que utilizan vehículos con neumáticos y motores para transportar pasajeros. A diferencia de otros sistemas de transporte, los autobuses no se limitan a un recorrido preestablecido y pueden cambiar su ruta según las necesidades. Además de operar en rutas regulares con horarios establecidos, los autobuses también pueden transitar por carriles exclusivos para este tipo de vehículos, autopistas sin peaje, carreteras principales o calles locales, lo que les proporciona una gran flexibilidad.
El autobús convencional tiene una longitud que oscila entre 11 y 12 metros y, en función de su distribución de asientos, puede acomodar a un máximo de cincuenta pasajeros sentados. En promedio, recorre 48.000 kilómetros anuales, aunque esta cifra puede variar considerablemente dependiendo del tamaño de la ciudad y la época en que fue construido (lo recomendable es que su vida útil no exceda los 15 años). En algunas ciudades de América y Asia, se utilizan vehículos colectivos, como automóviles o furgonetas, que siguen una ruta fija a precios muy económicos, siendo más baratos que un taxi y un poco más costosos que el autobús convencional. Estos vehículos tienen una capacidad que va de 6 a 10 pasajeros.
Los trolebuses son vehículos que utilizan neumáticos y se caracterizan por tener tracción eléctrica, ya que se alimentan de una línea aérea a través de dos pértigas llamadas troles. A diferencia de los tranvías, los trolebuses no utilizan raíles, lo que les da una mayor flexibilidad de movimiento, aunque su movilidad es menor que la de los autobuses. A partir de la década de 1980, muchos trolebuses incorporaron baterías o motores diésel que les permitían circular de forma autónoma, especialmente en zonas periféricas con poco tráfico.
Paratransporte
El paratransporte es una modalidad de servicio de transporte más personalizada y flexible que el convencional, que se basa en rutas establecidas y horarios fijos. Los vehículos están disponibles para el público mediante suscripción o a través de un sistema de viaje compartido, que opera en autopistas y calles. Se trata de un servicio que se sitúa entre el automóvil privado y el transporte público convencional. Incluye servicios de taxis, vehículos compartidos, autobuses y furgonetas, que pueden ser solicitados por voz o por teléfono, así como servicios de alquiler de automóviles proporcionados por empresas del sector, y servicios de viajes compartidos coordinados por consorcios de coches y furgonetas.
Los servicios de paratransporte suelen ser identificados por las características del servicio que ofrecen en lugar del tipo de vehículo utilizado o el método empleado para prestar el servicio. Estos servicios se distinguen por brindar un transporte a medida, con la capacidad de adaptarse a cambios en la demanda y las condiciones de los usuarios, y por operar en un mercado generalmente sin restricciones. En particular, muchos usuarios de paratransporte son personas mayores o con discapacidad que requieren un servicio de transporte especializado de punto a punto.
Monocarril o Monorraíl
Se trata de un sistema de transporte que consiste en vehículos que se desplazan sobre una plataforma única, la cual puede estar elevada sobre la superficie y constar de rieles o vigas. Existen dos tipos fundamentales: el monocarril de soporte, en el que los vehículos se apoyan en los bordes interiores de la viga, y el monocarril colgante, en el que los vehículos cuelgan directamente de la estructura, de manera simétrica o asimétrica según la ubicación de los soportes en uno u otro lado de la viga.
Aunque los costos iniciales de construcción de una plataforma elevada pueden ser inferiores a los de un ferrocarril convencional, el impacto visual y acústico suele ser mayor. Además, los monocarriles presentan varios inconvenientes, como la complejidad de la transferencia de vehículos de una viga a otra, la dificultad de evacuar a los pasajeros en caso de emergencia y la necesidad de expandir la estructura para construir estaciones aéreas. Consulte también Transporte público y Ferrocarril.
Se encuentra en operación desde 1901 en Wuppertal, Alemania, el sistema de monocarril más antiguo del mundo, conocido como Schwebebahn, con una extensión de 13,7 km. Los vehículos están colgados de ruedas de doble pestaña que se desplazan sobre un carril único ubicado encima de la estructura. En Francia, se desarrolló otro tipo de sistema de monocarril, donde se construyó un tramo prototipo de 1,2 km cerca de Orleans. En este caso, los vehículos están suspendidos de cuatro ruedas neumáticas ubicadas sobre dos carriles separados por una corta distancia.
Se han desarrollado diseños de monocarril peculiares, como el de Suecia, donde los vehículos se apoyan en ocho ruedas neumáticas y se montan en una viga de cemento. En la Feria Mundial de Seattle de 1962, se construyó una instalación similar de 1,9 km de longitud. La Exposición Universal de Montreal de 1967 también contó con tres instalaciones de este tipo que sumaban más de 9,7 km. En el parque de atracciones Disneylandia en Anaheim, California (EE. UU.), se encuentra en servicio un modelo a escala reducida de dos tercios de este sistema. Además, se han instalado monocarriles en Tokio para conectar el aeropuerto con el centro de la ciudad, en un recorrido de 13,2 km.
Futuro del Transporte Publico
En el futuro cercano, se espera que los medios de transporte existentes con tecnología comprobada sean mejorados. Las ciudades que ya cuentan con estos sistemas planean extender sus líneas, mientras que otras planean construir nuevas infraestructuras, que incluyen transporte rápido de cercanías, autobuses y sistemas de metro o subterráneo ligero. Las alternativas de bajo costo son las que parecen tener mayores oportunidades. También hay una gran demanda de mejorar el ferrocarril de cercanías.
Parte de este interés se debe al hecho de que muchas ciudades tienen corredores de ferrocarril infrautilizados o sin utilizar que pueden ofrecer rutas prioritarias a bajo costo. Debido a las crecientes preocupaciones medioambientales, los trolebuses y los autobuses impulsados por combustibles alternativos tendrán un papel destacado en la sustitución de los motores diesel.
Se están desarrollando diversas tecnologías innovadoras en el campo de los sistemas de vehículos inteligentes. Por ejemplo, los trabajadores podrán acceder a información en tiempo real sobre los horarios de llegada de los autobuses en su parada más cercana a través de su computadora en casa. También habrá información disponible para planificar el viaje. Las agencias de transporte estarán utilizando tecnologías avanzadas para la gestión del tráfico y su flota de vehículos. Se están investigando sistemas de control de vehículos que guiarán a los autobuses a lo largo de rutas y corredores fijos, lo que reducirá los retrasos, aumentará la capacidad y mejorará la seguridad.
El uso de tecnologías innovadoras para la automatización puede ofrecer una solución para disminuir la carga de trabajo y al mismo tiempo aumentar el rendimiento y la seguridad. Hay sistemas de transporte que funcionan con guía automática en aeropuertos, centros comerciales, campus universitarios y parques. Se está evaluando constantemente su viabilidad para ser utilizados en más áreas.
Se está investigando la posibilidad de utilizar vehículos que se levitan y se suspenden en el aire gracias a la tecnología magnética. Sin embargo, aún se necesitan soluciones para problemas clave como el control longitudinal, el espaciado, el encauzamiento y el control lateral antes de que estos sistemas puedan ser ampliamente utilizados. Además, se están desarrollando sistemas de pasillos móviles, especialmente diseñados para distancias cortas, que pueden transportar a los peatones a una velocidad de tres a cinco veces la velocidad de caminar.
Se han creado sistemas de transporte avanzados con estructuras únicas. Por ejemplo, se están desarrollando sistemas de monorraíles suspendidos con columnas ampliamente espaciadas y sistemas de cable pretensado, que ofrecen una opción de transporte de bajo costo.