Urbanización: concepto, ventajas, desventajas y desarrollo
La urbanización es un concepto que se refiere a la proporción de habitantes que residen en áreas urbanas en relación con la población total del territorio, así como al cambio de una zona o asentamiento en una ciudad. Este término tiene una doble acepción como proceso y resultado, y se encuentra íntimamente ligado a otros vocablos como ciudad, conglomerado, metrópoli, suburbanización (también conocida como periurbanización, rururbanización o contraurbanización), urbanismo y migración del campo a la ciudad.
El término “urbanización” fue acuñado por primera vez por el ingeniero español Ildefonso Cerdá en su obra “Teoría General de la Urbanización y aplicación de sus principios y doctrinas a la reforma y ensanche de Barcelona” (1867), que es considerada como el primer tratado de urbanismo en la Europa moderna. Cerdá se enfrentó al desafío de encontrar una palabra que pudiera describir el caos de personas, cosas e intereses diversos que, aunque funcionando de forma independiente, estaban en constante interrelación cuando se observaban detenidamente desde una perspectiva filosófica.
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Introducción
Después de un análisis filológico, Cerdá decidió adoptar el término “urbanización” para referirse a cualquier acción que tenga como objetivo agrupar la construcción y regular su funcionamiento en un conjunto ya formado. También abarcaba el conjunto de principios, doctrinas y reglas que debían aplicarse para garantizar que la construcción y su agrupación no comprimieran, desvirtuaran o corrompieran las facultades físicas, morales e intelectuales del hombre social, sino que sirvieran para fomentar su desarrollo y vigor, y para mejorar el bienestar individual, cuya suma es la salud pública.
Aunque en la bibliografía especializada se sostiene que la expresión “urbanización” comenzó a utilizarse a finales del siglo XIX o principios del XX, como se señala en la obra de J. P. Thiry “Théories sur le phénomene urbain” (1973), afortunadamente ya existen autores extranjeros que han reconocido el origen español previo del término, como F. Choay en su obra “L’histoire et la méthode en urbanisme” (1970).
En términos demográficos, la urbanización se refiere al traslado de la población desde áreas rurales a asentamientos urbanos. Las primeras ciudades surgieron en Oriente Próximo en el siglo IV a.C., lo que marcó el inicio del proceso de urbanización. Durante la Edad Media, se desarrollaron ciudades mercantiles, y en el siglo XIX surgieron las ciudades industriales. En 1800, solo el 5,5% de la población mundial, es decir, 50 millones de personas, vivía en ciudades.
A mediados del siglo XX, la mitad de la población de los países desarrollados residía en áreas urbanas, mientras que solo el 15% de los países en vías de desarrollo vivía en ciudades. En 2004, según el Population Reference Bureau (PRB) de 2005, el 47% de la población mundial era urbana, con un 76% en el mundo desarrollado y un 41% en el mundo menos desarrollado. Las áreas urbanas cubren actualmente el 3% de la superficie continental, y la urbanización es más notable en las zonas costeras, que comprenden el 10% del territorio urbanizado y el 65% de la población urbana mundial.
Se puede hacer una proyección del crecimiento urbano basándose en el crecimiento actual. Según el informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas, “El Estado de la Población Mundial 2006”, se prevé que la tasa de crecimiento urbano en el mundo sea del 2% entre 2005 y 2010. En 2004, el organismo publicó que la mayoría de la población mundial se convertiría en urbana antes de 2007, y que el número de habitantes urbanos aumentaría de 3.000 millones en 2003 a 5.000 millones en 2030 (lo que representaría el 60% del total de la población mundial). Se espera que este crecimiento se deba en su mayoría al crecimiento natural y no a la migración. Además, se pronostica que la población rural disminuirá ligeramente, de 3.300 millones en 2003 a 3.200 millones en el mismo periodo.
El grueso de la población urbana reside en urbes de tamaño reducido y mediano, que son las más comunes, ocupando el 62,5% de la población total. No obstante, en el inicio del siglo XXI, 20 aglomeraciones urbanas con más de 10 millones de habitantes (15 de ellas ubicadas en países menos desarrollados) contaban con el 4% de la población mundial, incluyendo ciudades como Tokio, Ciudad de México, Nueva York, São Paulo, Mumbai, Delhi, Buenos Aires y Calcuta. En los últimos años, se ha visto un ejemplo clásico de urbanización en la creación de regiones urbanas amplias (megalópolis), como en la costa noroeste de Estados Unidos, aunque también existe una tendencia hacia la urbanización de zonas rurales densamente pobladas.
NUEVOS CONCEPTOS RELACIONADOS CON LA URBANIZACIÓN
A lo largo del tiempo, el significado de urbanización ha experimentado una evolución significativa. Durante el primer millón de años de la existencia humana, los seres humanos vivían en pequeñas comunidades de alrededor de 150 personas. En el siglo XX, la vida urbana ha llegado a ser la norma en la sociedad, pero la urbanización no controlada puede ocasionar problemas. Por esta razón, los proyectos urbanísticos de hoy en día requieren de la colaboración de expertos de distintas disciplinas, como la Arquitectura, la Sociología, la Geografía Urbana o la Ecología, para conseguir un enfoque interdisciplinario.
Con el transcurso de los siglos, se ha ido desdibujando cada vez más la línea divisoria entre el entorno rural y el urbano, generando un proceso de urbanización difusa o dispersa. Este fenómeno contrasta con la urbanización concentrada que se caracterizó por el crecimiento espacial impulsado por las economías de escala durante la época industrial. La urbanización difusa promueve la urbanización del campo al desvincular el lugar de trabajo del lugar de residencia gracias a mejoras en las infraestructuras de transporte y comunicaciones, que permiten el teletrabajo.
En este proceso de urbanización dispersa participan la suburbanización y la contraurbanización, ambas conllevan el movimiento de población desde el centro hacia la periferia y un cambio en la jerarquía de las ciudades, desde las más pobladas hasta las menos pobladas. La ciudad difusa se caracteriza por la diseminación en áreas rurales de la población urbana que no está vinculada funcionalmente con las actividades agrarias y mineras propias de dichas áreas. Este concepto surge en la sociedad postindustrial y se considera la forma predominante de asentamiento desarrollada después de la Segunda Guerra Mundial.
Existen diversas aproximaciones teóricas a las actuales formas de urbanización difusa, que se asocian de manera diferente a conceptos o procesos. En la literatura anglosajona, española e italiana se habla de suburbanización, mientras que en la literatura francesa y española se utiliza el término periurbanización o rururbanización. Por otro lado, en Norteamérica se utiliza principalmente el término contraurbanización. Además, mientras que algunos expertos consideran que la urbanización difusa es simplemente la continuación de la suburbanización, otros argumentan que se trata de un fenómeno completamente nuevo y diferente.
Tradicionalmente, la suburbanización se refería al proceso de expansión superficial de las ciudades, que daba lugar a la formación de áreas suburbanas (según A.N. Clark, 1989). Las áreas suburbanas se caracterizan por estar adyacentes a las zonas de edificación continua de las ciudades, actuar como espacios de transición entre la ciudad y el campo, tener densidades poblacionales bajas y estar sujetas a movimientos pendulares diarios de la población. Por lo general, se considera que las áreas suburbanas son zonas de influencia directa de la ciudad.
Sin embargo, algunas teorías más actuales identifican la suburbanización como una fase inicial del proceso de desarrollo urbano en la que la población se desconcentra y migra hacia la periferia urbana, donde se asienta definitivamente. Este proceso daría lugar a una nueva fase evolutiva denominada desurbanización, en la que la ciudad comienza a perder población y entra en un declive progresivo.
Se ha acuñado el término contraurbanización en los estudios de urbanización más recientes, aunque algunos sostienen que este proceso no es nuevo y ya se observaba en el sistema de asentamientos inglés del siglo XIX. La contraurbanización se refiere al desplazamiento de personas y actividades económicas desde las áreas urbanas hacia las rurales.
El término fue utilizado por Berry en 1976 para describir un fenómeno que surgió en la década de 1970 en Estados Unidos y que iba en contra de la urbanización, ya que se refería a movimientos centrífugos desde las grandes ciudades hacia los pequeños asentamientos urbanos y rurales de los países más desarrollados. La contraurbanización contribuye a la difusión de la urbanización en el territorio y en la sociedad, ya que implica la difusión espacial de valores, hábitos, cultura, actividades económicas, etc. Con la contraurbanización, la dirección de los flujos migratorios campo-ciudad se invierte, lo que lleva a las áreas rurales a dejar de despoblarse.
El término rururbanización se refiere al avance de las zonas urbanas hacia el medio rural, lo cual se debe en gran medida al desarrollo de las telecomunicaciones y del transporte, como las carreteras y los trenes de cercanías. En algunos países desarrollados, se está observando este fenómeno de rururbanización, en el cual se utilizan tierras rurales para construir zonas comerciales e industriales, complejos turísticos y residenciales, debido al alto costo de la tierra dentro de las ciudades.
La zona rural afectada por este proceso se conoce como área periurbana. En definitiva, la rururbanización se produce por la demanda de espacios urbanos y servicios en zonas rurales cercanas a las ciudades, lo que genera un proceso de urbanización dispersa y una transformación de las zonas rurales.