Protección y derechos de los animales
La protección de los animales se refiere al conjunto de normativas que abordan la obligación de los propietarios o encargados de animales, en relación con su responsabilidad hacia los mismos y hacia otras personas. El alcance de dicha responsabilidad varía según la especie animal y la legislación vigente en cada Estado.
En algunas naciones, los dueños de animales catalogados como peligrosos tienen la obligación de reparar cualquier daño causado por sus mascotas, a menos que se demuestre que la conducta de la persona afectada fue la causa del incidente. Es decir, la protección de los animales comprende una serie de medidas legales que buscan garantizar el bienestar y la seguridad de los mismos, así como prevenir situaciones que puedan poner en riesgo la vida y la integridad de las personas.
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Introducción
En el ámbito de la protección animal, se establece que los dueños de animales, incluso aquellos que no son considerados peligrosos, asumen la responsabilidad ante situaciones de violencia. En caso de que se conozcan de antemano las características anormales o peligrosas del animal, como por ejemplo si ya ha atacado a alguien previamente, el dueño es considerado responsable por cualquier daño causado. Por otro lado, si no hay conocimiento previo, el propietario solo será responsable en caso de negligencia, es decir, si no se tomaron las medidas adecuadas para controlar al animal.
En situaciones donde los animales invaden propiedades ajenas, la persona dueña del animal es responsable por cualquier daño causado y, en algunos casos, se permite a un pastor o dueño de un rebaño defender su propiedad y matar a un perro que esté causando problemas a sus ovejas. En general, estas medidas legales buscan prevenir situaciones que puedan poner en riesgo la vida y la integridad de los animales y las personas involucradas.
La preocupación que ha surgido en torno a la crianza de algunas razas de perros ha motivado que en diversos países se promulguen nuevas leyes relacionadas con la tenencia de animales considerados peligrosos. Esta normativa se aplica específicamente a ciertas razas, como por ejemplo el pit bull, que se cría y entrena para ser utilizado en peleas de perros.
En caso de que estos perros sean encontrados sin bozal en un lugar público, no solo se considera como un delito por parte del dueño, sino que también se puede llevar a cabo la eutanasia del animal, como medida de seguridad para proteger a las personas. De esta manera, las medidas legales buscan controlar la cría y tenencia de animales potencialmente peligrosos, y garantizar la seguridad tanto de los propietarios de los animales como de otras personas.
En lo que respecta a la tenencia de animales peligrosos, es requerido por ley que se obtenga una licencia expedida por las autoridades locales, y además es esencial que el animal se someta a inspecciones periódicas llevadas a cabo por un profesional veterinario. En el caso específico de los parques zoológicos, la normativa es similar pero más rigurosa, y se exige también la obtención de licencias para el establecimiento de estos lugares con fines comerciales.
Asimismo, en el caso de que se detecte la presencia de alguna enfermedad en el ganado, es obligatorio reportarla a las autoridades competentes, quienes estarán encargadas de realizar el aislamiento de los rebaños y tratar a los animales que hayan sido infectados. Es necesario cumplir con estas regulaciones para garantizar la protección y bienestar de los animales, así como para prevenir situaciones que puedan poner en peligro la salud pública y la seguridad de la población en general.
La comisión de un delito puede tener lugar cuando se actúa con crueldad hacia los animales o se omite tomar medidas para mitigar su sufrimiento. Si un animal experimenta un dolor considerable y un veterinario lo certifica, un oficial de policía puede sacrificarlo sin necesidad de contar con el permiso del propietario.
La única excepción a esta regla es cuando se lleva a cabo una vivisección, es decir, cuando se somete a un animal a sufrimientos en el contexto de un experimento científico. Quienes desean realizar pruebas en animales deben cumplir con una serie de requisitos estrictos, que reflejan la creciente controversia en torno a la práctica de la vivisección.
En algunos países, para llevar a cabo experimentos con animales, es necesario obtener una licencia gubernamental que establece requisitos específicos. Entre estos se incluye la reducción del sufrimiento del animal al mínimo posible durante el experimento y el sacrificio del mismo de la manera más rápida una vez finalizado el procedimiento.
Además, las pruebas deben tener objetivos claros, como aliviar o mejorar la comprensión de una enfermedad, investigar la fisiología, proteger o estudiar el medio ambiente, explorar el comportamiento animal, o investigar en el campo de la educación continua o superior.
Es imprescindible realizar el experimento en un centro de investigación designado, con una persona responsable del cuidado diario de los animales y un veterinario encargado de supervisar el experimento. Si no se cumplen estos requisitos, el experimento será considerado un delito.
Derechos de los animales
El conjunto de principios que abogan por el respeto a los animales y la eliminación de su explotación se conoce como los derechos de los animales. Los movimientos que sostienen que los animales tienen derechos similares a los de los seres humanos, varían desde los activistas más radicales (que luchan por su liberación), hasta organizaciones que promueven una mejor relación entre los animales y las personas.
En algunos deportes se lleva a cabo el sacrificio de animales, y las leyes relacionadas con la caza de tejones, la lucha de perros o la caza de ciervos difieren según cada país. En Gran Bretaña, la caza del zorro estuvo permitida hasta el año 2005, cuando finalmente se prohibió debido en parte a la fuerte oposición de los defensores de los derechos de los animales durante la temporada de caza. En países como España, Francia y algunos de América Latina, las corridas de toros son una forma de arte festiva que preocupa a los defensores de los derechos de los animales. Los juegos que implican animales a través de prácticas burlonas y, en ocasiones, violentas, son comunes en las festividades tradicionales de muchas regiones.
También hay una preocupación por el bienestar de los animales que son exhibidos en zoológicos y que actúan en circos, debido a que se considera que sus condiciones de alojamiento, espacio vital, hábitat y clima suelen ser inapropiados. La reclusión puede dar lugar a comportamientos anormales, como el continuo pasear de un lado a otro. Los administradores de los zoológicos se defienden argumentando que ofrecen a la sociedad beneficios educativos, científicos y medioambientales.
Las carreras de caballos y de galgos no generan una oposición tan contundente, ya que se reportan pocos casos de abuso. No obstante, cada vez son más comunes los casos de crueldad o abandono en los animales de compañía.
Los vegetarianos tienen una dieta que excluye la ingesta de pescado, carne y aves, así como cualquier producto animal, incluyendo lácteos y pieles, debido a su desacuerdo con la forma en que son criados y sacrificados. Los defensores de los derechos de los animales se oponen enérgicamente a la práctica de la estabulación intensiva, ya que los animales son alojados en espacios reducidos, alimentados artificialmente y transportados en condiciones desfavorables antes de ser sacrificados.
La oposición a la explotación de los animales en la industria peletera ha sido objeto de grandes campañas de activismo y protesta. Se crían zorros y visones en cautiverio, principalmente en países escandinavos, para obtener su piel, lo que ha generado controversia y oposición por parte de los defensores de los derechos de los animales.
Estos argumentan que dicha práctica va en contra de la naturaleza de los animales, ya que son criaturas solitarias por naturaleza. La existencia de animales en criaderos está sujeta a regulaciones legales y en muchos países se han establecido leyes que prohíben el uso de pieles de animales que están protegidos por la ley.