Desierto de Gobi, Historia, Ubicación y descripción
El desierto de Gobi, conocido en mongol como Говь y en chino como 戈壁 (gē bì), es una vasta región árida ubicada entre el norte de China y el sur de Mongolia. Este desierto es reconocido como una de las áreas desérticas más extensas y significativas a nivel mundial. Al norte, limita con las montañas de Altái y las estepas de Mongolia; al suroeste, con la meseta del Tíbet; y al sureste, con la llanura del Norte de China. La composición del Gobi incluye diversas zonas geográficas y ecológicas que varían según el clima y el relieve de la región. Su clima árido se debe en gran parte a una sombra orográfica generada por la cercanía de la cordillera del Himalaya.
A lo largo de la historia, el Gobi ha sido relevante por haber formado parte del Imperio mongol y por albergar importantes asentamientos de la Ruta de la Seda, que en la actualidad están conectados mediante caminos y carreteras. Además, el ferrocarril Transmongoliano atraviesa el desierto, enlazando Ulán Bator con Pekín.
En la cuenca del Nemegt, al noroeste del Gobi en Mongolia, arqueólogos y paleontólogos han realizado importantes excavaciones. Este lugar es famoso por sus hallazgos fósiles, entre los que se incluyen restos de mamíferos prehistóricos, huevos de dinosaurio y herramientas de piedra de la prehistoria.
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Geografía
En su concepción más general, el Gobi abarca una extensa franja de desierto y áreas semidesérticas que se extiende desde las montañas Pamir en el oeste, hasta las montañas Gran Khingan en la frontera con Manchuria en el este. Hacia el norte, llega hasta las laderas meridionales de las cordilleras de Altái, Sayanes y Yablonoi, mientras que al sur limita con las cordilleras del Kunlun, Altyn Tagh y Qilian, que marcan los límites septentrionales de la meseta del Tíbet.
Una zona considerable al este de las montañas Gran Khingan, que abarca el curso superior de los ríos Songhua (Sungari) y Liao, se considera ocasionalmente como parte del Gobi. Algunos expertos en geografía y ecología optan por definir el Gobi de forma más restringida, limitándose a su parte occidental, mientras que consideran la cuenca del Tarim en Xinjiang, junto con las áreas desérticas de Lop Nor y Hami (Kumul), como el desierto del Taklamakan, una región independiente.
El Gobi se extiende más de 1,610 kilómetros en dirección suroeste a noreste y aproximadamente 800 kilómetros de norte a sur, ensanchándose hacia el oeste entre el lago Bosten y Lop Nor (87-89°E). En 2007, abarcaba una extensión de alrededor de 1,295,000 km², posicionándose como el quinto desierto más extenso del mundo y el mayor de Asia. A diferencia de otros desiertos, gran parte del Gobi está compuesto por roca desnuda en lugar de arena.
Clima
El clima del desierto de Gobi es sumamente severo, con fluctuaciones bruscas de temperatura que no solo ocurren a lo largo de las estaciones, sino también dentro de un solo día, con variaciones que pueden alcanzar hasta 40 °C (89 °F). En el sur de Mongolia, las temperaturas pueden descender hasta –32,8 °C (–27 °F), mientras que en Ala-shan, los termómetros pueden llegar a marcar hasta 37 °C (98,6 °F) en julio.
Las temperaturas mínimas promedio durante el invierno suelen estar en torno a los –40 °C (–40 °F), y en verano, las temperaturas varían de templadas a muy cálidas, alcanzando máximas de 45 °C (113 °F). La mayor parte de la lluvia que recibe el desierto se concentra en los meses de verano.
Aunque los monzones del sureste impactan algunas áreas del este del Gobi, la región en su conjunto se caracteriza por una extrema aridez, sobre todo en invierno. Esta falta de humedad contribuye a la aparición de tormentas de hielo y nieve que se producen en primavera y a principios del verano.
Conservación, ecología y economía
El desierto de Gobi es conocido por ser el lugar de algunos de los descubrimientos fósiles más significativos de la historia, incluyendo los primeros huevos de dinosaurio.
Este desierto y sus áreas circundantes proporcionan sustento a diversas especies animales, como la gacela persa, el turón veteado y el chorlitejo. De manera ocasional, se pueden observar leopardos de las nieves, osos pardos y lobos en la región. Además, hay varios tipos de arbustos adaptados a condiciones de sequía, como la Salsola passerina, la Artemisia cana, y gramíneas de bajo crecimiento como Stipa sp. (esparto) y Cleistogenes squarrosa.
El área es susceptible al impacto del ganado y de vehículos todoterreno, siendo más pronunciado en la parte oriental del desierto, donde la mayor cantidad de precipitaciones permite el pastoreo. En Mongolia, las praderas han disminuido debido a la crianza de cabras de cachemira por parte de pastores nómadas. Las tendencias económicas hacia la privatización del ganado y el colapso de la economía urbana han llevado a muchas personas a volver a estilos de vida rurales, un movimiento que contrasta con la urbanización y ha incrementado el número de pastores nómadas y la ganadería.
El desierto está experimentando un crecimiento, impulsado por una combinación de factores como el aumento poblacional y la consiguiente intensificación de la actividad económica. El sobrepastoreo y una sequía prolongada han contribuido a la expansión del Gobi a un ritmo de tres kilómetros por año. Para frenar este avance desértico, el gobierno chino ha puesto en marcha la Muralla Verde, un ambicioso proyecto de reforestación que se espera finalizar en 2074, alcanzando una longitud de 4,500 kilómetros.
Desenterrando fósiles
En las profundidades del desierto de Gobi se han descubierto fósiles extraordinarios, entre ellos los primeros huevos de dinosaurio. Los yacimientos fósiles en esta región datan del periodo Cretácico, una etapa crítica en la evolución de muchas especies. Michael J. Novacek, un paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural que lidera expediciones al Gobi desde 1990, describe el área como “una mina” y añade que “cada pocos minutos aparece un fósil nuevo”.
El científico cree firmemente que estos hallazgos, especialmente el cráneo de Mononychus, contribuirán a entender mejor la evolución de los dinosaurios en aves. Además, se han desenterrado nidos que protegían huevos de criaturas del Cretácico.
Un importante yacimiento de fósiles de la era de los dinosaurios En la década de 1920, una caravana de paleontólogos recorrió el desierto de Gobi en busca de restos fósiles. A unos 50 kilómetros de Dauz, el vehículo en el que viajaban quedó atrapado en la arena, lo que los obligó a acampar en ese sitio. De forma inesperada, se encontraban en un área rica en fósiles, más tarde nombrada Ukhaa Tolgod.
Al inicio, hallaron 30 cráneos de reptiles y pequeños mamíferos, y en los días siguientes surgieron restos de 13 dinosaurios terópodos y varios nidos de dinosaurios con huevos fosilizados. Más tarde, se encontraron decenas de esqueletos de protoceratops, un dinosaurio cornudo de hace 80 millones de años.
Los reptiles son animales comunes en los entornos desérticos, lo que sugiere que los dinosaurios, como reptiles que eran, también lograron adaptarse a estos hábitats. Durante el Triásico, tanto dinosaurios como mamíferos compartían territorio, pero los dinosaurios dominaban debido a su capacidad de soportar el calor y la sequía del supercontinente Pangea.
Además, el ambiente desértico ofrece condiciones ideales para la fosilización; cuando un animal muere y queda cubierto rápidamente por arena, el calor y la sequedad del ambiente ayudan a preservar sus restos, impidiendo la descomposición que ocurriría en climas húmedos.
La vida bajo el suelo Muchos animales del desierto, ya sean diurnos o nocturnos, habitan bajo tierra para resguardarse de los depredadores y del calor extremo. En estos refugios, descansan durante las horas más calurosas del día y entre sus momentos de alimentación.
También los usan para almacenar comida, lo que les permite sobrevivir durante períodos de escasez. El gerbo (Meriones unguiculatus) es un pequeño roedor similar a un canguro, con patas traseras más largas que las delanteras y una cola extendida. Se mueve dando saltos que pueden alcanzar los 3 metros y, para protegerse del frío, cava madrigueras donde vive solo o en compañía de una hembra y sus crías.