Teatro Nacional de San Salvador
El Teatro Nacional de San Salvador se destaca como uno de los principales recintos teatrales de la nación. Este edificio, diseñado en la elegante estética del Renacimiento, fue edificado utilizando el innovador método de concreto armado Hennebique.
En su papel como una institución cultural de gran valor histórico, el teatro fomenta y apoya las diversas manifestaciones artísticas de las compañías que dependen del Ministerio de Cultura, además de grupos independientes, tanto locales como extranjeros. Su compromiso es ofrecer un servicio de alta calidad a los visitantes y al público en general.
Índice de contenidos
Introducción
La meta del teatro es asegurar una programación variada de artes escénicas, tanto nacionales como internacionales, con el objetivo de cultivar nuevos públicos apasionados por las artes. Para lograrlo, dispone de cuatro áreas: la Gran Sala, la Pequeña Sala, la Sala de Cámara y el Café Teatro. Además, cuenta con un foyer y un vestíbulo, que sirven como espacios dedicados a exposiciones. Este emblemático recinto fue inaugurado el 1 de marzo de 1917 por el entonces presidente Carlos Meléndez.
El 2 de junio de 1910, la junta tomó la decisión de convocar un concurso para la elaboración de planos de construcción, ofreciendo dos premios de 8,000 y 4,000 francos, respectivamente. El plazo para presentar propuestas se estableció en cuatro meses, comenzando el 1 de julio de 1910. Para organizar el evento, se designó a una comisión compuesta por los ingenieros José E. Alcaine y Luis Fleury, quienes elaboraron las bases del concurso. Sin embargo, el 15 de febrero de 1911, la junta decidió extender el plazo hasta finales de abril por razones específicas.
El 22 de abril de 1911, los planos presentados fueron sometidos a una evaluación técnica a cargo de los ingenieros comisionados, junto con el ingeniero Aurelio Fuertes. En total, se recibieron doce propuestas de diferentes lugares: cinco de París, dos de los Estados Unidos, una del Principado de Mónaco, una de Italia y tres de San Salvador. Durante la sesión del 18 de junio, tras el informe de la comisión técnica, la junta aprobó de manera unánime el dictamen presentado.
El primer premio fue otorgado al proyecto “Melpomene,” del arquitecto Daniel Beylard, mientras que el segundo premio fue para “Dos Puntos Azules,” de Emilio Robert, ambos arquitectos franceses radicados en París. Daniel Clair Hippolyte Beylard había sido estudiante de la Escuela de Bellas Artes de París.
Construcción
Una vez aprobado el diseño del teatro, la Junta de Fomento llevó a cabo la licitación para su construcción, a la que solo se presentó la firma A. Ferracuti & Compañía. Tras revisar la propuesta de la empresa, la junta decidió el 29 de octubre de 1911 aceptar la oferta, aunque con algunas modificaciones.
El 3 de noviembre de 1911, a las 5 p.m., y en conmemoración del levantamiento de 1811, el presidente doctor Manuel Enrique Araujo, acompañado por el gabinete de estado, representantes diplomáticos y numerosos asistentes, dio inicio a los trabajos de construcción del teatro al colocar la primera piedra del edificio.
Cuando se completaron las obras del teatro, la Junta de Fomento de San Salvador decidió, el 20 de noviembre de 1916, designar a los ingenieros Fleury y Alcaine para que evaluaran la construcción. Su informe fue aprobado, y el 19 de enero de 1917, la junta acordó proceder con la recepción de la obra y la finalización del contrato de construcción.
Inauguración
En la sesión del 5 de febrero de 1917, la Junta de Fomento de San Salvador estableció el 1 de marzo como la fecha para la inauguración del Teatro Nacional. La ceremonia inaugural se llevó a cabo a las 10 a.m. en el Gran Foyer, presidida por el presidente de la república, Manuel Enrique Araujo. A este evento asistieron miembros del gabinete de estado, del poder legislativo y judicial, así como representantes del cuerpo diplomático y consular. Durante la ceremonia, la Junta de Fomento decidió otorgar un voto de reconocimiento y aplauso al arquitecto Daniel Beylard y a los constructores A. Ferracuti & Compañía. Asimismo, se expresó un agradecimiento a la comisión técnica que supervisó la obra, compuesta por los ingenieros Luis Fleury y el doctor José E. Alcaine.
Entre 1975 y 1976, se llevaron a cabo remodelaciones en el teatro. Este fue declarado Monumento Nacional mediante el Decreto Legislativo N.º 132, el 16 de febrero de 1979, y publicado en el Diario Oficial N.º 59, Tomo N.º 262, el 26 de marzo de 1979. A raíz de los terremotos de 2001, el teatro sufrió daños significativos y, tras reparaciones iniciadas en 2003 por parte de CONCULTURA, reabrió sus puertas el 23 de mayo de 2008. Su reinauguración se celebró el 29 de septiembre de ese mismo año.
Características
El edificio se sitúa en el lado sur de la Plaza Francisco Morazán, justo a lo largo de la Calle Delgado. Presenta una arquitectura de estilo renacentista francés, adornada con elementos rococós, románticos y de Art Nouveau. Su capacidad es para 650 espectadores y cuenta con palcos distribuidos en tres niveles, destacando el Palco Presidencial en la segunda planta. También posee una cúpula elipsoidal que alberga un mural del artista Carlos Cañas y una impresionante lámpara de cristal. Otros espacios del inmueble incluyen el Vestíbulo, la Sala de Cámara, el Gran Foyer y una Pequeña Sala, destinada a producciones de menor escala. En 1979, fue reconocido como Monumento Nacional.
En 1912, el ministro Teodosio Carranza describe esta estructura en su memoria presentada a la Asamblea Nacional de la siguiente manera:
La Comisión se refiere al proyecto “Melpómene,” el cual fue aprobado para la edificación del teatro, afirmando: “Melpómene ha destacado en cumplir con los requisitos del Concurso.”
La arquitectura modernizada del renacimiento francés resulta ideal para este tipo de edificaciones.
La fachada principal, que mide 42 metros de ancho por 17 metros de alto hasta la parte superior del ático y que da al parque de Morazán, se presenta con un aire majestuoso y elegante. Está compuesta por dos secciones laterales ligeramente salientes y una central que incluye una columnata y un amplio balcón de 21 metros de largo por 8.50 metros de altura. La fachada se divide en dos niveles: el inferior, que actúa como base del edificio, mide 5.50 metros de alto y alberga el pórtico y las entradas, mientras que el superior, de 11.50 metros de altura, tiene un pabellón sobresaliente en ambos extremos, rematado por un frontón decorado.
La fachada lateral de la 10ª Avenida Norte consta de tres secciones en disposición horizontal, correspondientes a las divisiones del edificio. Las entradas al Coliseo en la planta baja son numerosas y accesibles: dos en cada una de las secciones salientes de la fachada principal; cinco en la parte central; siete en la 10ª Avenida Norte, incluyendo la entrada al palco del Presidente de la República; y cinco en el patio del lado este.
El vestíbulo, que mide 21 metros de largo por 6.70 metros de ancho, es el más amplio de todos los diseños. Las escaleras de honor se encuentran a ambos lados del vestíbulo, adornadas con balaustradas que conducen a pasillos amplios y desembocan directamente en los extremos del gran foyer, permitiendo a los espectadores disfrutar de una vista sorprendente de 40 metros. La generosidad de los corredores que rodean las escaleras y el gran foyer otorgan a esta sección del edificio un carácter verdaderamente monumental.
Todos los espacios del Coliseo en este diseño ofrecen la comodidad necesaria y pueden desocupar fácilmente, gracias a la eficaz disposición de los pasillos. Los palcos están diseñados para ofrecer condiciones óptimas de visibilidad y acústica, gracias a la ausencia de columnas y a su estratégica ubicación para captar las ondas sonoras. El palco del Presidente está situado en un lugar privilegiado, con entrada independiente, antepalco, sala de recepción y otras estancias útiles. Con base en el plano de perspectiva interior que tenemos a la vista, se estima que la sala de espectáculos generará un efecto impresionante durante las funciones nocturnas.
El escenario tiene unas dimensiones de 27 metros de ancho por 10.50 metros de profundidad y 9 metros de altura, lo que permite el izado de los telones sin necesidad de doblarlos y proporciona un espacio adecuado para las presentaciones de grandes compañías líricas o dramáticas.
En esta sección se ubican las habitaciones para artistas y empleados, el salón para los músicos de la orquesta, vestidores, un almacén para decoraciones y un telón de hierro que separa el escenario del área de espectadores en caso de incendio, así como un depósito para emergencias.
La construcción sigue el sistema Hennebique, utilizando concreto armado en todo su diseño, desde los cimientos hasta los techos, que están diseñados con doble forro. Esto permite que toda la estructura sea homogénea y monolítica. Los sistemas de iluminación eléctrica, agua, ventilación y protección contra incendios están meticulosamente planificados, especialmente los relacionados con emergencias.
Este Coliseo tiene una capacidad para 1,160 personas: 344 en lunetas, 137 en palcos del primer piso, 135 en los del segundo, 90 en asientos de anfiteatro y 377 en la galería. El área destinada a la orquesta puede acomodar cómodamente a 50 músicos. El presupuesto total asciende a 924,854 francos, de los cuales 769,066 se destinarán a la construcción y 155,768 a la ornamentación, decoraciones y mobiliario.