Oncología en mascotas
El cáncer en animales de compañía es una condición más común de lo que muchos propietarios piensan, especialmente en perros y gatos de edad avanzada. Se calcula que hasta un 45 % de los perros mayores de 10 años fallecen a causa de algún tipo de cáncer. Al igual que en humanos, el cáncer canino y felino implica el crecimiento descontrolado de células malignas que pueden invadir tejidos locales u originar metástasis. La veterinaria moderna ha desarrollado una rama especializada —la oncología veterinaria— que se dedica al diagnóstico, tratamiento y manejo integral de estos casos.
Aunque no siempre es posible curar totalmente la enfermedad, muchas mascotas pueden beneficiarse de terapias como cirugía, quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y procedimientos paliativos. El objetivo principal es prolongar la vida útil y, sobre todo, mejorar la calidad de vida del animal. En este artículo profundizaremos en los aspectos esenciales de la oncología veterinaria, explicando los pasos clave y las opciones disponibles para un abordaje integral y compasivo.
Índice de contenidos
¿Qué es la oncología veterinaria?
La oncología veterinaria es una subespecialidad del campo veterinario que se enfoca en el estudio, diagnóstico y tratamiento del cáncer en animales. Surge como respuesta a la creciente incidencia de neoplasias en perros, gatos y otras especies domésticas.
El cáncer en mascotas abarca desde tumores superficiales y benignos hasta neoplasias agresivas y diseminadas. Los tipos más frecuentes incluyen linfoma, osteosarcoma, melanoma, tumores de mastocitos, carcinoma mamario y sarcomas de tejidos blandos. La identificación temprana es crítica: un bulto palpable, cambios de apetito o comportamiento, cojera o dificultades respiratorias deben investigarse de inmediato para aumentar las posibilidades de un tratamiento exitoso.
Diagnóstico del cáncer en mascotas
El diagnóstico del cáncer es el primer paso para un tratamiento adecuado. Generalmente incluye:
- Examen físico exhaustivo: se buscan masas, ganglios inflamados, signos clínicos o afectación general.
- Pruebas de imagen: radiografías, ecografía, tomografía (TAC) o resonancia magnética (MRI) para determinar el tamaño, localización y posible diseminación.
- Cito/biopsia: extracción de tejido para su análisis histológico o citológico, lo que permite conocer el tipo, grado e invasividad del tumor.
- Análisis complementarios: pueden incluir citometría de flujo, inmunohistoquímica, PARR y análisis sanguíneos que ayudan a completar la caracterización del tumor.
Estos datos permiten establecer la etapa del cáncer (‘staging’), el pronóstico y elaborar un plan terapéutico personalizado.
Opciones de tratamiento en oncología veterinaria
Cirugía
La cirugía es la base del tratamiento de muchos tipos de tumores sólidos. Su objetivo puede ser:
- Resección completa: extirpar el tumor con márgenes sanos, lo que puede implicar desarticulaciones o amputaciones en casos extremos .
- Debulking (reducción tumoral): cuando no se puede remover todo el tumor, se reduce para aliviar síntomas y mejorar la eficacia de otros tratamientos.
- Biopsia quirúrgica: para confirmar diagnóstico y orientar el plan terapéutico .
Siempre se considera el balance entre beneficio, sufrimiento y funcionalidad postoperatoria del animal.
Quimioterapia
Utiliza fármacos que destruyen o frenan el crecimiento celular maligno. Las mascotas suelen tolerarla mejor que los humanos, con menos efectos adversos thanks a dosis ajustadas y protocolos específicos. Se puede aplicar de varias formas:
- Oral o intravenosa, en visitas periódicas al hospital veterinario.
- Protocolos combinados, esenciales en enfermedades sistémicas como linfomas o metástasis.
- Fármacos específicos: teceranib (Palladia) para mastocitomas caninos; lomustina para linfomas y tumores resistentes.
El objetivo puede ser curativo o paliativo, siempre manteniendo una buena calidad de vida.
Radioterapia
Ideal para tumores localizados y de difícil acceso quirúrgico (cerebrales, nasales, orales). Utiliza radiaciones ionizantes para destruir células tumorales evitando tejido sano al máximo . Se emplea sola o junto a cirugía/quimioterapia, con protocolos específicos según localización, tipo tumoral y estado general del paciente.
Terapias complementarias y emergentes
Más allá de los tratamientos tradicionales, hoy en día se aplican opciones más novedosas:
- Inmunoterapia y terapias dirigidas: vacunas específicas (como contra melanoma), inhibidores moleculares, anticuerpos y otros agentes personalizados se usan en casos seleccionados .
- Técnicas especiales: criocirugía, hipertermia, electroquimioterapia, combinadas con radiación o fármacos específicos.
- Ensayos clínicos veterinarios: centros como el Flint Animal Cancer Center ofrecen acceso a nuevos fármacos y protocolos, lo que también aporta avances para la oncología humana.
- Diagnóstico digital avanzado: el uso de inteligencia artificial en patología (como OncoPetNet) ha permitido mejorar la precisión y la rapidez del diagnóstico tumoral.
Manejo del dolor, calidad de vida y cuidados paliativos
El bienestar del paciente es prioritario. En muchos casos, cuando la curación es difícil o imposible, el objetivo principal es garantizar una vida confortable y sin dolor:
- Manejo del dolor: uso de analgésicos, antiinflamatorios, soporte nutricional, control de síntomas gastrointestinales o respiratorios .
- Asesoría nutricional y soporte general: optimizar la alimentación, cuidados domiciliarios y acompañamiento emocional para el animal y su familia .
- Atención ética y compartida: las decisiones se toman en conjunto entre oncólogo, veterinario general y propietarios, equilibrando resultados, costos y bienestar .