El Parque Nacional El Imposible, en El Salvador: biodiversidad y aventura
El Parque Nacional El Imposible, ubicado en el occidente de El Salvador, es el área protegida más grande del país. Declarado parque nacional el 1 de enero de 1989, protege aproximadamente 38 km² de bosque tropical seco y montano, con una altitud que varía entre los 250 y los 1 425 metros sobre el nivel del mar. Constituye un valioso refugio para ecosistemas que hoy están entre los más amenazados en el mundo, lo que lo convierte en un punto clave para la conservación regional.
El nombre “El Imposible” proviene de un antiguo paso por una angosta garganta tan escarpada que representaba un desafío mortal para los negociantes que transportaban café en mulas hasta el puerto de Acajutla. En 1968 se inauguró un puente que hizo posible el cruce seguro, y se colocó una placa que dice “Año 1968 dejó de ser Imposible”. Este histórico episodio refleja la relación entre la geografía desafiante del parque y su significado ancestral.
Hoy en día, el parque no solo conserva historia y geología, sino que es hogar de una biodiversidad impresionante: más de 500 especies de plantas, alrededor de 100 especies de mamíferos, 53 de anfibios y reptiles, 285 de aves y unas 5 000 especies de mariposas. Además, proporciona servicios esenciales como la regulación hídrica—ocho ríos nacen en su interior—y protección de cuencas que desembocan en la costa pacífica, situándose entre Barra de Santiago como zona de importancia ecosistémica.
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¿Dónde se encuentra y cómo llegar?
El Parque Nacional El Imposible se encuentra en el departamento de Ahuachapán, más precisamente en los municipios de Tacuba y Cara Sucia, en la cordillera Apaneca-Ilamatepec. Ocupa un área aproximada de 3 130–5 000 hectáreas, según distintas fuentes, y su terreno varía entre los 250 y los 1 425 metros de altitud. Esta topografía crea un entorno montañoso ideal para la conservación y el senderismo.
Llegar al parque desde San Salvador implica tomar la Carretera Panamericana (CA‑1) hacia Ahuachapán y luego dirigirse a Tacuba o Cara Sucia. Desde ahí se puede acceder por vías pavimentadas y un tramo final sin pavimentar, que puede requerir un vehículo 4×4 en temporada lluviosa. Si utilizas transporte público, tomar un bus hasta Sonsonate y luego otro a Cara Sucia es habitual y económico, con un costo aproximado de US$2–3 y duración de 1,5 horas.
En la entrada del parque—comunidad de San Benito o San Miguelito—se debe pagar la entrada: US$6 para extranjeros, $3 para salvadoreños. Para hacer excursiones es obligatorio contar con guía local, que se puede contratar directamente al ingresar. La tarifa típica es de US$10 por grupo (hasta 10 personas) .
Además, se permite acampar dentro del parque mediante una cuota adicional (US$6 extranjeros, US$3 nacionales), y existen pequeñas cabañas que se pueden reservar con anticipación . Esta variedad de opciones permite una experiencia flexible, tanto para visitantes de paso como para excursionistas y amantes de la naturaleza.
Biodiversidad: flora, fauna y ecosistemas
El Imposible alberga más de 500 especies de plantas, incluyendo árboles emblemáticos como el roble, encino, “voladores”, bromelias, orquídeas y helechos arbóreos. Además, destaca por la presencia de especies arbóreas poco conocidas, como “Siete Camisas rojo” (Guapira witsbereri) y “Amarante silvestre” (Parathesis congesta), recientemente descritas por la ciencia.
En cuanto a fauna, cuenta con al menos 100 especies de mamíferos, entre los que destacan puma, oncilla (tigrillo), jaguar, venados cola blanca, jabalíes, agutíes y armadillos. También se han registrado especies amenazadas como la pava de monte (curassow), el gavilán blanco y el rey zope.
La riqueza en anfibios y reptiles, con al menos 53 especies, incluye ranas como Dendropsophus robertmertensi (la rana amarilla de árbol), salamandras y serpientes (algunas venenosas). Su presencia evidencia la calidad del hábitat y la calidad del agua—ingredientes vitales para la frescura y pureza del parque.
El inventario de aves asciende a 285 especies, con especies notables como el tucán esmeralda, garza real, urracas tropicales, águilas crestadas, halcones-Rey y aves migratorias . También se destacan más de 5 000 especies de mariposas, que hacen del parque uno de los mayores reservorios entomológicos de Centroamérica .
Este nivel de biodiversidad convierte a El Imposible en un punto esencial dentro del Corredor Biológico Mesoamericano, conectando ecosistemas y asegurando la supervivencia de especies en un hábitat fragmentado por la agricultura y la urbanización.
Senderismo y aventuras en el bosque
La variedad de senderos en El Imposible satisface a quienes buscan desde caminatas suaves hasta retos extremos. Tres rutas principales destacan:
Los Enganches: ruta de aproximadamente 7 km, atraviesa frondoso bosque, cruza ríos y termina en una poza con agua clara perfecta para bañarse. Incluye vistas panorámicas desde el Mirador El Mulo. Ideal para familias o caminantes de nivel moderado.
Piedra Sellada: con unos 8 km de recorrido, conduce a formaciones rocosas con petroglifos mayas (más de 100 figuras de mariposas, sol y animales), junto a bellos caudales fluviales en el río Venado . Es una excursión intermedia con valor arqueológico.
Cerro El León: es el más exigente, con subida a casi mil metros y 8–10 km de recorrido. La pendiente es pronunciada y técnica, recomendada solo para excursionistas preparados y en buena condición física . Ofrece vistas espectaculares del bosque, la costa y, en día claro, Guatemala.
Quien busca algo más atrevido puede optar por rutas fuera del circuito oficial, como la entrada por el oeste desde Tacuba, ideal para exploradores experimentados .
Todos los recorridos requieren guía local—son obligatorios y aportan contexto ecológico e histórico, sumado a seguridad. El viaje en grupo (hasta 10 personas) cuesta unos US$10 extra por excursión, y está coordinado por la comunidad local a través de SalvaNatura y los guardaparques. Esta interacción fortalece el turismo comunitario y genera beneficios directos a pobladores de San Benito/San Miguelito que viven del parque .
Clima, mejores épocas y recomendaciones
El clima del parque es tropical seco a premontano húmedo, con una marcada temporada seca (noviembre–abril) y lluvias intensas entre mayo y octubre. Durante la estación húmeda, las pendientes se vuelven resbaladizas y los ríos crecen, lo que puede limitar algunos senderos.
La temporada seca ofrece condiciones ideales para trekking: mañanas claras, senderos aceptables y mejores posibilidades de observar fauna y aves . Las lluvias, en cambio, realzan la vegetación y ofrecen contraste en paisajes, aunque requieren botas, impermeables y precaución.
Para una experiencia satisfactoria, se recomienda:
- Llevar calzado resistente (botas o zapatos para trekking)
- Ropa transpirable y ligera, idealmente de secado rápido
- Agua, snacks y protección solar
- Repelente de insectos y, en época lluviosa, poncho o chaqueta
- Cámara o binoculares para observación de fauna
- Bolsa para basura y respeto al entorno natural
Organizar el recorrido con una comunidad local asegura que tengas soporte en terreno, conocimientos sobre rutas y fauna, y garantiza un impacto positivo en la economía local.