El aparato urinario y cómo funciona
El Sistema Excretor, es un conjunto de órganos encargados de la producción y eliminación de orina, el principal líquido de desecho del cuerpo. En la mayoría de los animales vertebrados, los dos riñones filtran todas las sustancias de la sangre; estos productos de desecho se combinan para formar la orina, que fluye a través de los uréteres hasta la vejiga de manera constante. Luego de almacenarse en la vejiga, la orina es expulsada a través de una vía llamada uretra hacia el exterior del cuerpo. La salida de la orina se logra mediante la relajación involuntaria de un esfínter ubicado entre la vejiga y la uretra, y también mediante la apertura voluntaria de un esfínter en la uretra. En los niños pequeños, antes de aprender a controlar el esfínter urinario, la orina se escapa tan pronto como la vejiga está llena.
Muchos niños mayores y adultos sufren de enuresis, un trastorno en el cual la persona no puede controlar su esfínter urinario, y esto puede deberse, en algunas ocasiones, a un desequilibrio emocional. El miedo o la ansiedad pueden causar enuresis temporal. En los ancianos, ciertos tipos de deterioro del sistema nervioso pueden provocar incontinencia urinaria. La incapacidad para vaciar la orina almacenada puede ser resultado de un espasmo del esfínter urinario, obstrucción del esfínter debido a un cálculo, aumento del tamaño de la próstata en hombres o pérdida de tono muscular en la vejiga después de un trauma o cirugía. La retención de orina también puede ser causada por una lesión nerviosa en la médula espinal o por esclerosis múltiple.
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COMPOSICIÓN DE LA ORINA
En los seres humanos, la orina típicamente es un líquido transparente o de color amarillento. Aproximadamente se eliminan 1,4 litros de orina al día. La orina normal está compuesta en un 96% de agua y un 4% de sólidos disueltos. Alrededor de la mitad de estos sólidos son urea, el principal producto resultante del metabolismo de las proteínas. Los otros componentes incluyen nitrógeno, cloruros, cetosteroides, fósforo, amonio, creatinina y ácido úrico.
EFECTOS DE LA ENFERMEDAD
El análisis de la orina es una herramienta comúnmente utilizada para el diagnóstico de enfermedades. Un volumen excesivo de orina suele ser indicativo de diabetes insípida, mientras que en la diabetes mellitus se observa una menor cantidad. La fiebre alta o persistente puede causar deshidratación y disminución anormal del flujo de orina. En pacientes con hepatitis, la orina puede presentar un color oscuro debido a la presencia de pigmentos biliares. Los niveles de urea tienden a aumentar en estados febriles y en la diabetes mellitus, pero disminuyen durante la inflamación renal o en trastornos del equilibrio ácido-base. En la orina de pacientes con leucemia o gota, se pueden encontrar cantidades elevadas de ácido úrico en una forma anormal.
La detección de sustancias anormales en la orina es de gran importancia, incluso más que las alteraciones en los niveles de sustancias habituales. En condiciones como la albuminuria, un trastorno renal, la albúmina sérica se filtra a la orina. En el caso de la diabetes mellitus, se puede encontrar glucosa en la orina, mientras que las infecciones del tracto urinario pueden causar la presencia de pus y bacterias en la orina. Un alto número de glóbulos rojos en la orina puede indicar la posibilidad de hemorragia o cáncer del tracto urinario, mientras que un bajo número puede ser un indicio de cistitis, que es la inflamación de la vejiga.
Los indicios de la presencia de sulfamidas en los riñones se observan en forma de cristales. Cuando se forman cálculos en el sistema urinario, es posible encontrar cristales de diversas sustancias en la orina. En ocasiones, un cálculo urinario puede ser eliminado a través de la orina, lo cual suele causar un intenso dolor y, en algunos casos, hemorragia.
CONSISTENCIA DE LA ORINA
El sistema urinario de los reptiles y aves está adaptado para conservar agua, lo cual hace que su orina sea sólida o semisólida. En lugar de producir urea como producto del metabolismo de las proteínas, generan ácido úrico, que tiene una baja solubilidad en agua. Algunos peces, por otro lado, mantienen niveles altos de urea en su organismo para conservar agua, lo que les permite absorber agua a través de la ósmosis.
