Desierto de Sahara, Historia, Ubicación y descripción

El Sahara, también conocido como Sáhara en español (ambas formas de acentuación son correctas), es un vasto desierto que en árabe se llama الصحراء الكبرى (aṣ-Ṣaḥrāʾ al-Kubrā), lo que significa “el Gran Desierto”, y en amazig es llamado Tenere o Tiniri. Este inmenso desierto es el más extenso en zonas cálidas y ocupa el tercer lugar en el mundo en cuanto a tamaño, superado solo por los desiertos de la Antártida y el Ártico. Con una superficie de más de 9,4 millones de kilómetros cuadrados, el Sahara cubre gran parte del norte de África, abarcando aproximadamente un tercio del continente, y se extiende a lo largo de un área similar a la de Estados Unidos o China.

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Este desierto se extiende desde las costas del mar Rojo e incluye algunas áreas cercanas al Mediterráneo, hasta alcanzar el océano Atlántico en el oeste. En su límite sur, el Sahara conecta con el Sahel, una franja de sabana semiárida tropical que marca el comienzo del África subsahariana. Algunas dunas en esta región desértica pueden superar los 190 metros de altura, mostrando la magnitud y diversidad del terreno del Sahara.

Descripción Geográfica

La mayoría de los ríos y arroyos en el Sahara son estacionales o intermitentes, con el río Nilo como la notable excepción, ya que atraviesa el desierto desde sus orígenes en el centro de África hasta desembocar en el Mediterráneo. En ocasiones, el agua de los acuíferos subterráneos aflora a la superficie, formando oasis como Bahariya, Gardaya, Timimoun, Kufra y Siwa.

La región central del Sahara es extremadamente árida, con vegetación escasa. Las áreas norte y sur, junto con las zonas elevadas, presentan pastizales y matorrales xerófilos, además de algunos árboles y arbustos más altos en los uadis, donde la humedad se acumula.

Al norte, el Sahara se extiende hasta el Mediterráneo en Egipto y en parte de Libia. En la región de Cirenaica y el Magreb, el desierto limita con las zonas de bosque y matorral mediterráneo del norte de África, caracterizadas por un clima mediterráneo con lluvias en invierno. Según los estudios botánicos de Frank White y las observaciones del geógrafo Robert Capot-Rey, el límite norte del Sahara se identifica por el último punto de cultivo de la palmera datilera y el comienzo del área donde crece el esparto, una hierba común en climas mediterráneos del Magreb y la península ibérica. Además, este límite coincide con la línea de 100 mm de precipitación anual.

Hacia el sur, el Sahara termina en el Sahel, una franja de sabana tropical seca que atraviesa el continente de este a oeste y presenta lluvias en verano. Botánicamente, el límite sur del Sahara se marca con la última aparición de Cornulaca monacantha, una planta tolerante a la sequía de la familia Chenopodiaceae, o el primer crecimiento de Cenchrus biflorus, un pasto típico del Sahel. Climáticamente, el límite sur corresponde a la línea de 150 mm de precipitación anual promedio, aunque las lluvias varían cada año.

El Sahara cubre vastas áreas de varios países, incluidos Argelia, Chad, Egipto, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, el Sahara Occidental, Sudán y Túnez. Es una de las tres grandes provincias fisiográficas de África.

Las formaciones del Sahara han sido moldeadas gradualmente por el viento y las escasas lluvias, que han dado lugar a dunas y mares de arena (erg), planicies de grava (reg), y salares (shatt o chott). También se observan estructuras únicas como las de Richat en Mauritania.

El desierto alberga varias montañas disectadas y cordilleras, algunas de origen volcánico, como las montañas de Air, Ahaggar, el Atlas sahariano, Tibesti, Adrar de los Iforas y las colinas del mar Rojo. El punto más alto del Sahara es Emi Koussi, un volcán en el macizo de Tibesti en el norte de Chad.

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Clima

El clima del Sáhara ha experimentado fluctuaciones importantes entre condiciones húmedas y secas durante cientos de miles de años. Estas variaciones cíclicas, que siguen un patrón de 41,000 años, se deben a los cambios en la inclinación del eje terrestre, que oscila entre los 22° y 24.5°. Actualmente, el desierto atraviesa una fase seca, aunque se prevé que el Sáhara podría volver a reverdecer en aproximadamente 15,000 años, debido a un fortalecimiento del monzón en el norte de África. Este fenómeno, conocido como el “Sáhara verde,” incrementa la vegetación y la lluvia cuando el monzón es más fuerte, mientras que cuando es débil, el desierto alcanza su estado más árido.

Durante la última glaciación, el Sáhara se expandió hacia el sur, pero al final del período glacial, alrededor del 8000 a.C., aumentaron las lluvias. Sin embargo, con la desaparición de las capas de hielo polar, la región norte del Sáhara comenzó a secarse, mientras que en el sur las lluvias del monzón mitigaban la sequedad. Hacia el 4200 a.C., el monzón se desplazó al sur, lo que provocó una desertificación progresiva en el Sáhara, marcando el inicio de su clima árido actual. Este proceso de cambio, conocido como la “teoría del bombeo del Sáhara,” explica cómo el desierto se ha alternado entre fases verdes y secas.

Hoy en día, el Sáhara es uno de los lugares más áridos del mundo, con vientos noreste que provocan tormentas de arena. En ocasiones, estos vientos, conocidos como siroco, llegan al Mediterráneo, causando fuertes tormentas en el norte de África y el sur de Europa. Las precipitaciones son escasas, con menos de 20 mm al año en la mitad del desierto y hasta 100 mm en el resto. Sin embargo, las lluvias suelen ser intensas cuando ocurren, a menudo después de largos períodos secos. Las imágenes de satélite recientes indican una posible tendencia de reverdecimiento en el Sahel y algunas áreas del Sáhara, lo cual podría reflejar un aumento de la vegetación en respuesta a lluvias más frecuentes en las últimas décadas.

Además, las montañas saharianas, aunque están en un entorno árido, pueden recibir nieve debido a las bajas temperaturas en altitudes elevadas. El Tahat, por ejemplo, ve nevadas cada tres años en promedio, y los picos de las montañas Tibesti a más de 2500 m suelen recibir nieve cada siete años. Episodios notables incluyen la tormenta de nieve en el sur de Argelia en 1979, que detuvo el tráfico en Gardaya, y otra nevada en 2012 en el oeste de Argelia, donde el viento arrastró nieve sobre carreteras y edificios en la provincia de Béchar.

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Ecorregiones

El Sáhara abarca diversas ecorregiones, cada una caracterizada por condiciones únicas de temperatura, precipitación, elevación y tipo de suelo, lo que permite la existencia de diferentes comunidades de flora y fauna:

  1. Desierto Costero Atlántico: Esta franja a lo largo de la costa atlántica se extiende por 39,900 km² en el Sáhara Occidental y Mauritania. Aquí, la niebla generada por la corriente fría de las Islas Canarias aporta suficiente humedad para sustentar una variedad de líquenes, suculentas y matorrales, formando un ecosistema adaptado a la aridez.
  2. Estepas y Bosques Nord-Saharianos: Ubicados al norte del Sáhara, estos ecosistemas de transición, con una extensión de 1,675,300 km², se encuentran en Argelia, Egipto, Libia, Mauritania, Marruecos, Túnez y el Sáhara Occidental. Las lluvias invernales permiten la presencia de matorrales y bosques secos, que actúan como una zona intermedia entre el clima mediterráneo y el hiperárido del Sáhara.
  3. Desierto Hiperárido del Sáhara: La región más árida del Sáhara, cubriendo 4,639,900 km², se caracteriza por lluvias mínimas y esporádicas. Esta zona comprende dunas de arena, planicies de gravilla, hamadas (mesetas pedregosas), uadis (valles secos) y salares. La vegetación es escasa debido a la severa aridez.
  4. Estepa y Sabana Arbolada del Sáhara Meridional: Con 1,101,700 km², esta ecorregión forma una estrecha franja entre el Sáhara hiperárido y las sabanas del Sahel. Las lluvias estacionales de la Zona de Convergencia Intertropical, entre julio y agosto, favorecen el crecimiento de pastos y vegetación estacional.
  5. Monte Xerófilo del Sáhara Occidental: En esta región de 258,100 km², las tierras altas volcánicas en el Tassili n’Ajjer de Argelia y otras zonas permiten un clima más frío y húmedo, donde prosperan bosques y matorrales adaptados al clima saharo-mediterráneo.
  6. Monte Xerófilo del Macizo del Tibesti y Monte Uweinat: Este ecosistema montañoso, con 82,200 km², incluye el macizo del Tibesti en Chad y Libia, y el Monte Uweinat en la frontera de Egipto, Libia y Sudán. Las lluvias más frecuentes y las temperaturas templadas permiten la existencia de bosques de palmeras datileras, acacias y especies endémicas.
  7. Sáhara Halófita: Comprendiendo 54,000 km², esta región de depresiones salinas estacionalmente inundadas alberga plantas halófitas, adaptadas a la alta salinidad. Se encuentran en las depresiones de Qattara y Siwa en Egipto, lagos salinos en Túnez, el Chott Melghir en Argelia y otras zonas dispersas.
  8. Tanezrouft: Considerada una de las regiones más inhóspitas del planeta, el Tanezrouft se ubica en la frontera entre Argelia, Níger y Malí, al oeste de las montañas Ahaggar. Es un lugar casi desprovisto de vida y vegetación debido a su extrema aridez y condiciones climáticas extremas.
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La flora y fauna del Sáhara han evolucionado para adaptarse a sus condiciones extremas de sequía, temperaturas extremas y escasez de recursos. La fauna sahariana incluye tanto animales domesticados como especies salvajes que han desarrollado estrategias de supervivencia únicas.

Fauna

  1. Animales Domésticos: Los dromedarios y las cabras son comunes en el Sáhara. Los dromedarios, valorados por su resistencia y velocidad, son esenciales para las comunidades nómadas, mientras que las cabras proveen recursos como leche y carne.
  2. Mamíferos Salvajes: Varias especies de mamíferos habitan el desierto:
    • Zorros: Como el fénec, el zorro pálido y el zorro de Rüppell, adaptados para soportar el calor y la escasez de agua.
    • Antílopes y Gacelas: El addax puede sobrevivir casi un año sin beber agua, y las gacelas dorcas, gacelas blancas y gacelas dama son comunes en el Sáhara.
    • Guepardo del Sáhara: Este guepardo, extremadamente raro, habita en algunos países saharianos. Con menos de 250 ejemplares, evita el sol y es de un color particularmente pálido para camuflarse en el entorno.
  3. Otros Animales: La región también alberga escorpiones como el peligroso escorpión amarillo, así como varánidos, hiracoideos, víboras de las arenas y avestruces. Existen también cocodrilos del desierto en áreas remotas de Mauritania y la meseta de Ennedi en Chad.
  4. Aves y Otros Vertebrados: Aves como el canor africano de pico plateado sobreviven en el clima árido.

Flora

A pesar de su gran tamaño, el Sáhara tiene solo alrededor de quinientas especies de plantas, que han desarrollado adaptaciones extremas para resistir el entorno:

  • Plantas con hojas modificadas: Las acacias y matorrales espinosos poseen hojas pequeñas o en forma de aguja, reduciendo la pérdida de agua por evapotranspiración.
  • Palmeras y suculentas: En áreas más húmedas, las palmeras datileras prosperan en oasis, y plantas suculentas acumulan agua en sus tallos para los períodos secos.
  • Pastos y Raíces Profundas: Las raíces de algunas plantas crecen horizontalmente para capturar agua en áreas amplias, mientras que otras desarrollan raíces profundas para llegar a aguas subterráneas.
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Historia

La historia de la región de Nubia y el Sáhara es fascinante, abarcando miles de años y múltiples civilizaciones. Aquí se presenta un resumen de los puntos más destacados.

Nubia en el Neolítico

Durante el Neolítico, alrededor del 9500 a.C., Nubia y el centro de Sudán eran áreas ricas en recursos, permitiendo la vida sedentaria y la agricultura temprana. La domesticación de plantas y animales llevó a que las comunidades desarrollaran cultos al ganado, evidentes en el arte rupestre de la región. En Nabta Playa, por ejemplo, se construyeron megalitos que posiblemente representan uno de los primeros intentos de arqueoastronomía, anteriores a Stonehenge.

Civilización egipcia

Hacia el 6000 a.C., los egipcios predinásticos comenzaron a desarrollar prácticas agrícolas y ganaderas en asentamientos permanentes. Estos poblados centraron sus actividades en el cultivo de cereales y la cría de ganado. Entre los hallazgos de la época se encuentran herramientas de piedra, puntas de flecha y objetos funerarios que reflejan un temprano enfoque en la preservación de los cuerpos y el culto a la vida después de la muerte, prácticas que influirían en la religión egipcia.

Expansión fenicia y cultura bereber

Desde el 1200 a.C., los fenicios establecieron colonias en la región, influyendo en las culturas locales, incluyendo a los bereberes. Aportaron el alfabeto, adaptado por los antiguos libios en la escritura Tifinagh, usada aún por pueblos bereberes como los tuareg. Los fenicios también llevaron su cultura marítima hacia el Sáhara, aunque sus expediciones más al sur se vieron limitadas por la falta de mercados y aguas turbulentas.

Garamantes y civilización urbana

Entre el 500 a.C. y el auge de la influencia romana, los Garamantes fundaron una civilización urbana en el actual Fezán, Libia, construyendo una infraestructura de túneles subterráneos para abastecerse de agua. Aunque fueron considerados nómadas incivilizados por los griegos y romanos, desarrollaron una economía agrícola avanzada y mantuvieron comercio con Roma.

Expansión islámica y comercio transahariano

Con la expansión islámica en el siglo VII, el comercio en el Sáhara se intensificó, especialmente en el intercambio de oro y sal. Los imperios del Sahel, como Ghana y Malí, prosperaron gracias a este comercio. Las caravanas de camellos, en rutas controladas por los tuareg, transportaban esclavos y bienes entre el norte y el sur, conectando África subsahariana con el mundo mediterráneo.

Dominio otomano y colonialismo europeo

A partir del siglo XVI, el Imperio otomano ocupó la región del norte del Sáhara, estableciendo rutas comerciales con África y Europa. Durante el siglo XIX, las potencias europeas, lideradas por Francia y el Reino Unido, conquistaron gran parte de la región. Francia controló Argelia y otras partes del Sáhara, mientras que el Reino Unido y Egipto administraron Sudán en un condominio. España e Italia también ocuparon territorios en el Sáhara Occidental y Libia, respectivamente.

Era poscolonial

Con la independencia de varios países africanos en el siglo XX, las fronteras del Sáhara fueron redefinidas. Sin embargo, los problemas derivados de la colonización y la explotación de recursos naturales siguen afectando a la región. Hoy en día, el Sáhara continúa siendo una zona de importancia geopolítica, aunque marginada en comparación con los tiempos de las rutas transaharianas.

En resumen, el Sáhara y sus pueblos han experimentado profundos cambios culturales y económicos, adaptándose y evolucionando en respuesta a las cambiantes condiciones ambientales y políticas.

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