YOGURT NATURAL, GRIEGO, PROBIÓTICO o ARTESANAL ¿Cuál es mejor?

En la actualidad, en el mercado se encuentran disponibles numerosas opciones de yogures con diferentes términos y características, lo que puede resultar confuso al momento de elegir la mejor opción. Si deseas conocer más sobre este tema y descubrir cuál de estos tipos de yogur es el más adecuado para ti, continúa leyendo este artículo. A lo largo de este texto, te brindaré una explicación detallada acerca de las diferencias y similitudes entre el yogur natural, el yogur griego, el yogur probiótico y el yogur artesanal, para que puedas tomar una decisión informada y disfrutar de los beneficios que cada uno de ellos ofrece.

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El yogur es un aliado invaluable cuando se enfrenta a problemas de digestión de la lactosa, pero, ¿qué es exactamente la lactosa? La lactosa es el azúcar natural presente en la leche. Y, ¿qué ocurre cuando hay dificultades para digerir la lactosa? El intestino humano contiene una enzima llamada lactasa de forma natural, la cual descompone la lactosa para su digestión. Sin embargo, algunas personas presentan una menor actividad de la lactasa, lo que resulta en una digestión deficiente de la lactosa. Pero, ¿sabías que el yogur puede ser una opción recomendada en caso de problemas de digestión de la lactosa? ¡Así es! Esto se debe a que el yogur contiene solo alrededor de 4 gramos de lactosa en promedio. Esto se debe a que, durante el proceso de fermentación de la leche, los fermentos bacterianos presentes en el yogur descomponen la lactosa, haciéndola más fácil de digerir.

Introducción

Además, el yogur se convierte en una opción altamente recomendada debido a que sus fermentos llegan vivos al intestino, donde desempeñan un papel crucial en la descomposición y digestión de la lactosa. Las personas con problemas para digerir la lactosa pueden tolerar hasta 12 gramos de lactosa al día, y se ha demostrado que esta tolerancia mejora cuando se consume de manera fraccionada y en combinación con el yogur. Gracias a la acción de los fermentos bacterianos presentes en el yogur, se obtiene su sabor único, textura y propiedades saludables.

Con una amplia gama de sabores y variedades para todos los gustos, el yogur puede disfrutarse en cualquier momento del día y todos los días de la semana, proporcionando valiosas propiedades nutricionales y beneficios para la salud. Ahora, vamos a profundizar en una descripción más detallada de cada tipo de yogur para tener un concepto claro de sus características específicas.

El yogur natural

El yogur natural, como su nombre lo indica, se refiere a aquel yogur que no ha sido saborizado ni endulzado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas marcas pueden añadir azúcar o edulcorantes para reducir el sabor ácido que naturalmente posee el yogur. No obstante, es importante tener en cuenta que un yogur que haya sido endulzado o saborizado ya no sería considerado como yogur natural, a pesar de lo que pueda indicar en su etiqueta. Un auténtico yogur natural no debería contener ningún tipo de endulzante ni saborizante, ya que el término “natural” se refiere exclusivamente al sabor del yogur y no a si ha sido procesado industrialmente o no.

Es importante tener en cuenta que algunos yogures altamente industrializados pueden mantener su denominación como yogur natural, pero es relevante tener en cuenta que los yogures saborizados con frutas siempre contienen azúcar o edulcorantes como parte de su composición.

El yogur griego

A pesar de la creencia popular de que el yogur griego es más espeso y generalmente más saludable que otros tipos de yogur, la verdad es que, en sentido estricto, el yogur griego se refiere a aquel yogur elaborado a partir de leche de cabra y oveja. Para obtenerlo, se sigue el mismo proceso de fermentación que el yogur de vaca, e incluso se pueden utilizar las mismas cepas de bacterias.

La única diferencia radica en el tipo de leche utilizada, lo cual, por supuesto, afecta a la composición nutricional del producto final. Por ejemplo, la leche de oveja contiene más grasa y proteínas que la leche de vaca o cabra, aunque estas dos últimas son bastante similares entre sí en términos de composición. Lamentablemente, el término “griego” se utiliza de manera amplia para referirse a cualquier yogur que tenga una consistencia más espesa de lo usual, por lo que es fundamental leer detenidamente los ingredientes para determinar si se trata de un auténtico yogur griego.

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El yogur probiótico

El yogur probiótico es aquel que, además de contener los cultivos lácticos necesarios para la fermentación de la leche y la creación del yogur, también incluye otros tipos de cultivos conocidos como probióticos. Estas cepas de bacterias probióticas no participan en la fermentación de la leche, sino que se cree que pueden tener beneficios para mejorar la flora intestinal y la digestión.

El yogur, por su parte, proporciona un medio ideal para mantener activos a estos cultivos probióticos. Cabe destacar que todos los yogures requieren de cultivos lácticos para su elaboración, ya que sin ellos no sería posible obtener yogur. Sin embargo, no todos los yogures contienen cultivos probióticos adicionales. Es importante tener en cuenta que la cantidad y variedad de cepas probióticas presentes en el yogur puede variar, y generalmente se considera que una mayor cantidad y diversidad de cepas probióticas es beneficiosa para obtener una mayor variedad de beneficios.

El yogur artesanal

El yogur artesanal es aquel que se elabora de manera tradicional y prácticamente manual, sin la adición de ningún tipo de aditivo artificial. Este enfoque artesanal en la preparación del yogur es su principal beneficio, ya que se busca obtener un producto más puro y auténtico.

Es importante tener en cuenta que el término “artesanal” a menudo se confunde con el término “natural”, pero es importante recordar que el término “natural” se refiere únicamente al sabor del yogur, mientras que el yogur artesanal se caracteriza por su proceso de elaboración manual y la ausencia de aditivos artificiales.

En conclusión ¿Cuál es el mejor?

En conclusión, es importante destacar que estos diferentes tipos y términos de yogur no son mutuamente excluyentes, lo que significa que se pueden combinar de diversas maneras para obtener una amplia variedad de opciones. Por ejemplo, se pueden encontrar yogures que son griegos, con fruta o sin probióticos, yogures naturales pero industrializados, o yogures probióticos con sabor a frutas, entre otros.

Sin embargo, la mejor opción sería optar por un yogur artesanal o con un proceso de elaboración menos industrializado, preferiblemente natural y con la inclusión de probióticos, ya sean de vaca o de estilo griego. Para entender esto de manera más clara, es importante hablar sobre algunos de los beneficios que el yogur puede ofrecer.

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Los beneficios del yogurt

Uno de los beneficios más importantes del yogur es que se encuentra pre-digerido, lo cual significa que durante el proceso de fermentación de la leche se descompone la lactosa y se obtiene ácido láctico, responsable de su sabor ligeramente ácido. Gracias a esto, el yogur es mucho más ligero que la leche, e incluso las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumirlo con mayor facilidad. Esta característica no sólo mejora la digestión en sí misma, sino que, al ser un alimento de fácil digestión, reduce la carga de trabajo en nuestros intestinos, evitando malestares gastrointestinales. De esta manera, podemos obtener todos los nutrientes de la leche sin sufrir molestias digestivas.

  1. Mejora de la digestión: El yogur, gracias a su contenido de cultivos probióticos, bacterias beneficiosas para el intestino, puede promover una digestión saludable y equilibrar la microbiota intestinal, lo cual contribuye a un sistema digestivo óptimo y a una mejor absorción de nutrientes.
  2. Fuente de proteínas de alta calidad: El yogur es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, proporcionando 6 gramos de proteínas por cada 100 mililitros en promedio. Las proteínas son esenciales para la construcción y reparación de tejidos en nuestro cuerpo, así como para mantener un equilibrio adecuado de nutrientes.
  3. Rico en calcio: El yogur es una fuente natural de calcio, un mineral esencial para la salud de los huesos y dientes, así como para la función nerviosa y muscular. Consumir yogur regularmente puede ayudar a fortalecer la estructura ósea y dental, especialmente durante etapas de crecimiento o en la edad adulta.
  4. Tolerancia a la lactosa: A diferencia de la leche, el yogur contiene bacterias probióticas que ayudan a descomponer la lactosa, lo que puede hacerlo más tolerable para personas con intolerancia a la lactosa. Esto permite disfrutar de los beneficios del yogur sin experimentar molestias digestivas.
  5. Amplio perfil nutricional: El yogur es una fuente concentrada de nutrientes esenciales para el organismo, como vitaminas B2, B12, fósforo y zinc, que desempeñan funciones importantes en el funcionamiento adecuado del cuerpo. Estos nutrientes pueden contribuir a mantener una alimentación equilibrada y saludable.
  6. Reforzamiento del sistema inmunológico: Los probióticos presentes en el yogur pueden tener un efecto positivo en el sistema inmunológico, fortaleciendo las defensas del cuerpo y ayudando a reducir el riesgo de enfermedades. Esto puede ser especialmente beneficioso en momentos de mayor necesidad de apoyo inmunológico, como durante cambios estacionales o situaciones de estrés.
  7. Opción de merienda saludable: El yogur puede ser una excelente opción de merienda saludable, ya que puede combinarse con frutas frescas, nueces o semillas, lo que lo convierte en una opción equilibrada y saciante. Además, al elegir yogur natural o bajo en grasa, se puede disfrutar de una merienda nutritiva y deliciosa.

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Lo cierto es que estos beneficios son reales y respaldados por investigaciones en curso. De hecho, se está llevando a cabo una creciente cantidad de investigaciones para comprender mejor el papel de los probióticos en la salud. Sin embargo, es importante destacar que estos beneficios se obtienen a partir de los probióticos presentes en nuestros propios intestinos, y no necesariamente solo de los consumidos a partir de fuentes externas, como los alimentos probióticos. Por lo tanto, mantener una flora intestinal sana es fundamental para que los probióticos puedan fortalecerse y reproducirse de manera adecuada, en términos de velocidad y frecuencia necesarias. Cuando hablamos del consumo de probióticos a partir de fuentes externas, hay dos puntos importantes que debemos tener en cuenta:

  1. El primer punto a considerar es que nuestro cuerpo es extremadamente selectivo en lo que permite que permanezca en nuestro organismo. Por lo tanto, los probióticos consumidos externamente no necesariamente logran establecerse en nuestros intestinos, ya que la gran mayoría de ellos simplemente se eliminan a través de las heces. Esto se debe a que nuestro sistema digestivo cuenta con mecanismos de filtrado y eliminación que regulan qué microorganismos pueden quedarse en nuestro intestino y cuáles no, con el fin de mantener un equilibrio adecuado en nuestro microbiota intestinal. Por lo tanto, no todos los probióticos consumidos externamente logran colonizar nuestros intestinos y ejercer sus efectos beneficiosos en nuestra salud.
  2. Lo segundo a tener en cuenta es que el consumo excesivo de una amplia variedad y cantidad de probióticos provenientes de fuentes externas puede provocar malestares digestivos, como gases, hinchazón y diarrea, especialmente en personas con una digestión sensible, como aquellos que padecen estreñimiento o colon irritable. Por lo tanto, un yogur con una alta concentración de probióticos no siempre es la mejor opción en estos casos. Es importante tener en cuenta que, si bien los cultivos probióticos pueden ser beneficiosos, no son indispensables y su consumo debe ser regulado y adecuado a las necesidades y tolerancia de cada individuo. Es importante escuchar a nuestro cuerpo y ajustar la cantidad y variedad de probióticos consumidos según nuestras necesidades y tolerancia digestiva.

En resumen, el yogur es un alimento versátil y nutritivo que ofrece una amplia gama de beneficios para la salud, desde la mejora de la digestión hasta el fortalecimiento del sistema inmunológico. Incorporar yogur de calidad en la dieta puede ser una excelente opción para mantener una alimentación equilibrada y promover una buena salud en general.

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