Catedral Metropolitana de San Salvador

La Catedral Metropolitana de San Salvador, llamada también Catedral del Divino Salvador del Mundo, es un ícono destacado y de gran relevancia para la ciudad capital de El Salvador.

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Ubicada en el corazón del Centro Histórico de San Salvador, frente a la Plaza Gerardo Barrios, la Catedral Metropolitana se destaca por su imponente arquitectura, que simboliza la fe y la historia de El Salvador. Este monumento posee un profundo valor histórico tanto para el país como para la región. En su nivel inferior, se encuentra la cripta que guarda los restos del beato Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, el primer santo salvadoreño canonizado por la Iglesia Católica.

Historia

El lugar donde actualmente se erige la Catedral Metropolitana de San Salvador fue, en el siglo XIX, el sitio de la iglesia colonial de Santo Domingo, la cual fue destruida por un terremoto en 1873. Justo frente a la catedral se encuentra la Plaza Gerardo Barrios, también conocida como Plaza Cívica, mientras que en su costado occidental se alza el imponente Palacio Nacional. A lo largo de su historia, la catedral ha pasado por momentos de destrucción y renacimiento.

En enero de 1878, el gobierno autorizó la petición de la Junta Parroquial de San Salvador para que se les concediera el terreno que ocupaba el antiguo cuartel de Santo Domingo. El objetivo era ampliar el espacio destinado a la construcción de la iglesia parroquial, y el terreno, que pertenecía a la Municipalidad, fue adquirido por 6,148 pesos.

En 1888, se concluyó la construcción de una catedral de madera que se utilizó como sede de los arzobispos de San Salvador, ubicada en el mismo terreno donde antes se encontraba la iglesia de Santo Domingo. Sin embargo, el 8 de agosto de 1951, este templo fue devastado por un incendio.

Tras el incendio, el terreno de la catedral permaneció vacío hasta 1951, sin que se iniciara ningún proyecto de construcción. En 1953 se organizó un concurso para diseñar una nueva catedral, pero este fue declarado desierto el 9 de mayo de ese mismo año. Posteriormente, se solicitó un diseño en Europa, y el 11 de marzo de 1954, el arzobispado anunció que los planos elaborados por el arquitecto alemán Dominikus Böhm habían llegado. Fue en 1956 cuando el arzobispo Luis Chávez y González impulsó la reconstrucción, colocando la primera piedra el 12 de octubre. La construcción de la nueva catedral se extendió por más de cuatro décadas.

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Durante los años 1970 y la Guerra Civil de El Salvador

En 1977, cuando monseñor Óscar Romero asumió el cargo de arzobispo, continuó con los trabajos de construcción de la catedral, los cuales estaban a medio terminar. Aunque el templo no estaba finalizado, Romero celebraba allí sus misas dominicales, pronunciando la mayoría de sus homilías en defensa de los derechos humanos. Decidió postergar la finalización del edificio para destinar fondos a proyectos que beneficiaran a las personas más necesitadas.

Durante este período, la catedral se convirtió en un escenario clave de los conflictos sociales que afectaban al país. El 6 de agosto de 1975, el Bloque Popular Revolucionario (BPR) ocupó el templo en protesta contra la represión del gobierno, siendo la primera de varias ocupaciones que se extendieron hasta 1980. Aunque monseñor Romero no respaldaba estos actos, entendía el contexto de falta de espacios legales para la protesta en El Salvador y mostraba empatía hacia los manifestantes. El 8 de mayo de 1979, durante una de estas ocupaciones, 24 personas que protestaban en las gradas del templo fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad, en lo que se conoció como la “masacre de las gradas de catedral”.

El 30 de marzo de 1980, ocurrió una tragedia aún mayor durante el entierro de monseñor Romero, quien había sido asesinado por un comando de extrema derecha. Mientras se llevaba a cabo el cortejo fúnebre, las fuerzas de seguridad abrieron fuego desde el Palacio Nacional, provocando una estampida que causó la muerte de 44 personas. Su sucesor, el arzobispo Arturo Rivera y Damas, retomó las obras de la catedral, aunque en 1986 el templo sufrió graves daños durante el terremoto de San Salvador del 10 de octubre. La reconstrucción se reanudó finalmente en 1990.

Tras los Acuerdos de Paz

En 1992, la plaza frente a la Catedral Metropolitana se convirtió en el escenario principal de las celebraciones populares por la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec. Este importante evento puso fin a más de una década de guerra civil en El Salvador. La catedral fue visitada en dos ocasiones por el papa Juan Pablo II, quien destacó que este templo está “profundamente unido a las alegrías y esperanzas del pueblo salvadoreño”. Durante sus visitas en 1983 y 1996, el Papa se arrodilló y rezó ante la tumba de monseñor Óscar Romero, asesinado en 1980 y enterrado en la cripta de la catedral. La construcción del templo se completó y fue consagrado oficialmente el 19 de marzo de 1999, bajo la supervisión de monseñor Fernando Sáenz Lacalle.

A partir de ese momento, la fachada de la catedral lució un mosaico titulado “La armonía de mi pueblo”, obra del artista Fernando Llort. Este mural combinaba elementos precolombinos y ancestrales con símbolos de la iconografía cristiana, reflejando la identidad cultural del país. Sin embargo, en diciembre de 2011, la jerarquía católica decidió retirarlo, generando cierta controversia, ya que la Secretaría de Cultura estaba en proceso de declararlo un bien cultural de la nación.

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Descripción física

La Catedral Metropolitana de San Salvador sigue un diseño inspirado en el estilo romano, con una nave principal que cruza otras dos laterales, formando una cruz rectangular que culmina en un altar circular. El arte del templo fue influenciado por Fernando Llort, quien fusionó elementos de la cultura occidental con raíces indígenas, reflejando la diversidad cultural de El Salvador.

El mural de cerámica en la fachada presenta de manera simbólica al pueblo de Dios, representando al “nuevo hombre” y la “nueva mujer” con herramientas de trabajo, así como figuras celestiales, como ángeles guardianes. También incluye símbolos como la paloma de la paz y una representación de la Última Cena.

Al entrar, la sencillez y belleza del interior sorprenden. Los vitrales llenos de color, junto con ocho óleos traídos de Pamplona, España, que ilustran la vida de Cristo, embellecen el altar. Además, se encuentran esculturas de los cuatro evangelistas: San Mateo, San Lucas, San Marcos y San Juan.

La cúpula, en el centro del templo, es una verdadera obra de arte, donde se representa el cielo como un paraíso. En ella aparecen la Santísima Trinidad, San José, la Virgen María, ángeles y personas de diferentes razas y clases sociales, además de animales y vegetación, simbolizando el carácter universal de la redención de Cristo.

En una de las capillas laterales se encuentra la imagen de la Madre del Salvador, una pieza del siglo XVII que fue restaurada en España y donada por la Reina Sofía en febrero de 2001.

El recorrido por la catedral se completa en la cripta, que alberga los mausoleos de importantes figuras religiosas y la tumba de monseñor Óscar Arnulfo Romero. Su tumba, una escultura de bronce de 2.50 metros creada por el italiano Paolo Borghi, lo muestra “durmiendo el sueño de los justos”, custodiado por los cuatro evangelistas. Estos guardianes sostienen un lienzo que simboliza la Palabra de Dios, sobre el cual reposan una palma y varias rosas.

En la cripta también se pueden apreciar los 14 misterios del viacrucis, plasmados en pinturas por Luis Lazo en 2010, y el “Cristo Negro del Camino”, una donación hecha en 2011 en memoria de Mauricio Duke Carazo.

Cada año, la catedral es el centro de la tradicional “bajada” del Divino Salvador del Mundo, una celebración del misterio de la Transfiguración que tiene lugar del 4 al 6 de agosto, durante las fiestas patronales de San Salvador. Miles de personas se congregan en el Centro Histórico para presenciar esta antigua costumbre.

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Agenda turística

Para los turistas, la Catedral Metropolitana de San Salvador no solo representa una oportunidad para admirar un monumento histórico, sino también para sumergirse en la vida religiosa y cultural de El Salvador.

Horario de apertura al público del templo:

  • Lunes a sábado: de 6:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 4:00 p.m. a 6:00 p.m.
  • Domingos: de 6:30 a.m. a 1:00 p.m. y de 4:00 p.m. a 6:00 p.m.

Horario de visita a la cripta del beato Óscar Arnulfo Romero:

  • De lunes a domingo: de 8:00 a.m. a 5:30 p.m.

Información importante: Al visitar la Catedral, es esencial respetar la solemnidad, especialmente durante los horarios de misa.

Horarios de misas:

  • Lunes a sábado: 6:30 a.m., 12:00 p.m., 5:00 p.m.
  • Domingos: 8:00 a.m., 10:00 a.m., 5:00 p.m.

La Alcaldía de San Salvador también ofrece visitas guiadas gratuitas a este templo como parte de sus recorridos por el Centro Histórico. Para solicitar una visita guiada, se puede llamar al (503) 2511-6320.

Para aquellos interesados en aprender más sobre la historia y arquitectura de la catedral, también existen empresas turísticas acreditadas que ofrecen recorridos especializados. Puede consultar el listado de estas empresas en nuestro sitio web.

La ubicación central de la Catedral Metropolitana permite a los visitantes explorar otros sitios de interés cercanos, como el Palacio Nacional, el Teatro Nacional, la Biblioteca Nacional (BINAES), el Jardín Centroamérica y la iglesia El Calvario. Además, la zona circundante está llena de actividad, con restaurantes y comercios que ofrecen una experiencia auténtica de la vida en San Salvador.

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