Planeta, Concepto, características y tipos
Un planeta es un cuerpo celeste que gira alrededor de una estrella, con una masa suficiente para adquirir una forma esférica debido a la influencia de su propia gravedad. Sin embargo, no tiene la cantidad de masa necesaria para iniciar procesos de fusión nuclear en su núcleo y ha limpiado su órbita de otros objetos menores, como planetesimales.
El concepto de planeta ha cambiado significativamente a lo largo del tiempo. En la Antigüedad, se consideraban luces celestiales con significado divino, mientras que en la era científica se les reconoce como cuerpos con características físicas específicas. Este término ahora incluye no solo a los planetas del Sistema Solar, sino también a aquellos que orbitan estrellas en sistemas extrasolares. A lo largo de los años, la definición de planeta ha sido revisada en varias ocasiones, en algunos casos incluyendo objetos como asteroides, lunas o planetas enanos, como Plutón. Incluso hoy en día, persisten ciertos desacuerdos sobre su clasificación.
Índice de contenidos
Introducción
Los cinco planetas visibles a simple vista en el Sistema Solar han sido conocidos desde tiempos antiguos y han influido profundamente en la mitología, la cosmología religiosa y la astronomía de las primeras civilizaciones. Los astrónomos de la antigüedad notaron que ciertas luces en el cielo se desplazaban en comparación con las «estrellas fijas», que mantenían posiciones constantes entre sí. Los griegos antiguos las llamaron planētes asteres («estrellas errantes») o simplemente planētai («errantes»), término del cual proviene la palabra moderna «planeta».
En culturas como la de Grecia, China, Babilonia y otras civilizaciones premodernas, era común creer que la Tierra ocupaba el centro del Universo y que todos los cuerpos celestes giraban a su alrededor. Esta idea se basaba en la observación de que estrellas y planetas parecían moverse en torno a la Tierra diariamente y en la percepción intuitiva de que nuestro planeta era fijo, sólido y estable.
Origen y evolución del concepto de planeta
La palabra “planeta” tiene raíces etimológicas que se remontan al latín planeta, derivado del griego planētēs, que significa “vagabundo” o “errante”. Este término reflejaba la percepción de los antiguos astrónomos, quienes, siguiendo el modelo geocéntrico de Ptolomeo, creían que además del Sol y la Luna, ciertas estrellas se movían de manera irregular en torno a la Tierra. Estos cinco cuerpos celestes visibles a simple vista (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) fueron denominados “planetas” debido a su desplazamiento impredecible y su velocidad aparente mayor que la de las estrellas fijas.
Con el tiempo, a medida que la comprensión de las trayectorias planetarias avanzó y se aceptó que estos cuerpos seguían órbitas regulares, también se incluyó a la Tierra en esta categoría. En 2006, la Unión Astronómica Internacional (UAI) redefinió el término planeta con criterios más específicos:
- No genera luz propia.
- Orbita una estrella o remanente estelar.
- Posee suficiente masa para que su gravedad lo modele en equilibrio hidrostático, logrando una forma esférica.
- Ha despejado su órbita de otros cuerpos celestes, dominando gravitacionalmente su vecindad.
Planetas del Sistema Solar y la categoría de planeta enano
Según esta definición, el Sistema Solar cuenta con ocho planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Hasta 2006, Plutón formaba parte de esta lista, pero fue reclasificado como planeta enano debido a que no cumple el criterio de despejar su órbita de planetesimales. Esta categoría también incluye a Ceres, Haumea, Makemake y Eris, cuerpos que, aunque tienen forma esférica y orbitan el Sol, no tienen dominancia gravitacional en sus regiones orbitales.
La discusión sobre la clasificación de Plutón comenzó en la década de 1970, cuando se descubrió que su tamaño era menor al estimado inicialmente. Posteriormente, el hallazgo de otros objetos transneptunianos con características similares reforzó la necesidad de establecer una definición más precisa del término planeta.
Exoplanetas y cuerpos menores
Los planetas que orbitan estrellas distintas al Sol son denominados exoplanetas o planetas extrasolares. Estos cuerpos deben cumplir los mismos criterios básicos que los planetas del Sistema Solar, pero se añade un límite superior de masa: no deben superar las 13 masas jovianas, ya que esto permitiría la fusión nuclear del deuterio, característica de las enanas marrones.
En cuanto a los cuerpos que no cumplen las condiciones para ser planetas o planetas enanos, como asteroides o cometas, son clasificados como cuerpos menores del Sistema Solar.
Definición oficial de la UAI
En su XXVI Asamblea General en Praga, en 2006, la UAI estableció que un planeta debe:
a) Orbitar el Sol.
b) Tener suficiente masa para adoptar una forma esférica en equilibrio hidrostático.
c) Haber despejado la vecindad de su órbita.
Los cuerpos que cumplen los puntos a) y b), pero no c), son definidos como planetas enanos. Así, la clasificación actual agrupa a los objetos celestes de manera más precisa, reflejando la diversidad y complejidad de nuestro universo.
Clasificación general de los planetas del Sistema Solar
Los planetas del Sistema Solar se dividen en dos categorías principales según su estructura y su movimiento aparente en el cielo. Esta clasificación permite entender mejor sus características físicas y dinámicas, así como su ubicación en relación con otros cuerpos celestes.
Clasificación según su estructura
En función de su composición y tamaño, los planetas del Sistema Solar se agrupan en terrestres y jovianos. Los planetas terrestres o telúricos son pequeños, poseen una superficie sólida y rocosa, y presentan una densidad alta. Estos planetas se encuentran más cerca del Sol y se les denomina planetas interiores. En esta categoría están Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.
Por otro lado, los planetas jovianos se caracterizan por ser gigantes, con diámetros mucho mayores que los terrestres y una composición predominantemente gaseosa, principalmente hidrógeno y helio. Tienen una densidad baja y son conocidos como planetas exteriores debido a su ubicación más allá del cinturón de asteroides. En esta clasificación se encuentran Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Clasificación según su movimiento aparente
En la teoría geocéntrica, que predominó durante siglos, los planetas se clasificaban según su elongación, es decir, el ángulo máximo de separación respecto al Sol visto desde la Tierra. Los planetas inferiores, como Mercurio y Venus, son aquellos que no se alejan mucho del Sol y, por lo tanto, nunca están en oposición.
Por el contrario, los planetas superiores son aquellos que tienen órbitas más alejadas del Sol y pueden alcanzar la oposición, un momento en el que están más cerca de la Tierra y su observación es óptima. Esta categoría incluye a Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Además, estos planetas presentan diferentes configuraciones en el cielo, como la conjunción (cuando el Sol se interpone entre el planeta y la Tierra), la oposición (cuando el planeta está en su punto más cercano y visible), y las cuadraturas oriental y occidental (cuando el ángulo entre el Sol y el planeta es de 90°, hacia el Este o el Oeste, respectivamente).
Relación con el cinturón de asteroides
El cinturón de asteroides sirve como un punto de referencia para dividir los planetas del Sistema Solar en interiores y exteriores. Los planetas interiores, ubicados dentro del cinturón, son Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Por otro lado, los planetas exteriores, situados más allá del cinturón, incluyen a Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Esta clasificación proporciona una visión integral de las características y movimientos de los planetas del Sistema Solar, destacando sus diferencias en composición, tamaño, ubicación y comportamiento orbital.
Descubrimiento de planetas con telescopio
El descubrimiento de planetas a través de telescopios ha sido un hito en la astronomía, marcando el inicio de la exploración de mundos más allá de los visibles a simple vista. Urano, aunque es visible sin telescopio en cielos oscuros durante la oposición, no fue identificado como planeta en la antigüedad debido a su lento movimiento. Durante el siglo XVII, se lo catalogó como estrella.
Fue en 1781 cuando William Herschel, astrónomo británico, lo observó y confirmó como un planeta más allá de Saturno. Inicialmente, se intentó nombrarlo en honor al rey del Reino Unido, pero finalmente se lo llamó Urano, siguiendo la tradición mitológica. Urano representa al titán primordial del cielo en la mitología griega, padre de Crono y abuelo de Zeus, manteniendo la práctica de utilizar nombres de la mitología antigua para los planetas. A diferencia de los otros planetas, que llevan nombres romanos, Urano conserva su denominación griega.
En 1801, el astrónomo italiano Giuseppe Piazzi descubrió un objeto entre Marte y Júpiter que fue denominado Ceres, siguiendo la tradición de usar nombres de deidades romanas. Ceres, diosa de la agricultura, recibió su nombre tras descartar la idea de agregar un título en honor al monarca del país del descubrimiento. En Grecia, este objeto se llama Deméter, equivalente mitológico de Ceres. Durante la primera mitad del siglo XIX, se consideró a Ceres un planeta, pero con el descubrimiento de otros objetos similares, se determinó que formaba parte del cinturón de asteroides, redefiniendo su clasificación.
En 1846, Johann Gottfried Galle y Urbain Le Verrier identificaron un planeta más allá de Urano, que fue llamado Neptuno. Este nombre, correspondiente al dios romano del mar y hermano de Júpiter, continuó la tradición mitológica romana. En varias culturas, Neptuno es traducido de acuerdo con su simbolismo, como “estrella del rey del mar” en chino, coreano y japonés. En la India, se lo asocia con Varuna, el dios hindú del océano.
Finalmente, en 1930, el astrónomo estadounidense Clyde Tombaugh descubrió un objeto más allá de Neptuno que fue llamado Plutón, en honor al dios romano del inframundo. Similar a Ceres, Plutón fue considerado un planeta hasta que se descubrió que pertenece a un cinturón de objetos menores, el cinturón de Kuiper. Este descubrimiento puso en perspectiva la diversidad y clasificación de los cuerpos celestes del Sistema Solar, estableciendo nuevas categorías en la astronomía moderna.